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Juan José Millas

Usted es un moderno

"Quizá no ha sido lo suficientemente autónomo o lo suficientemente sinvergüenza o lo suficientemente emprendedor"

Se fragmenta la derecha, se fragmenta la izquierda, se fragmenta el centro… Vivimos en un mundo de fragmentos, un mundo roto. Hay gente que ha podido elegir en qué fragmento acomodarse, pero a la mayoría le ha tocado el que le ha tocado. Si usted pertenece al trozo de los que no pueden pagar el alquiler, mala suerte. Si usted se ha quedado aislado en un pedazo de realidad insufrible, ¡vaya por Dios! Si usted se despierta y no encuentra una caja de cereales para desayunar, qué le vamos a hacer. Si usted cuenta los céntimos y no le dan para comprarse una naranja, cómprese una mandarina. Acomódese. Tal es la orden del stablishment, de lo establecido, que viene a ser el conjunto de poderes o clase dominante que ha ido al caer en el fragmento más grade de la voladura. En ese pedazo de realidad hay tierras cultivables y animales de tiro y tractores y obreros y todo aquello, en fin, que es necesario para mantenerse en forma. En el pedazo grande hay gente de derechas, de izquierdas, de centro y anarquistas. En el pedazo grande caben todas las ideologías, de modo que si usted no se encuentra ahí es porque algo ha hecho mal: quizá no ha sido lo suficientemente autónomo o lo suficientemente sinvergüenza o lo suficientemente emprendedor.

Hay muchas clases de emprendimiento, casi más que personas en el mundo. Pero no todo el mundo tiene la inteligencia de escoger la adecuada.

Haberlas visto venir.

Hoy cada uno es culpable de su fracaso. En el neoliberalismo rampante el que no medra es porque no quiere. Es vago. Es haragán. Es perezoso. Levantar Mercadona o Zara está al alcance de cualquiera. No se quejen si esas empresas las pusieron en pie los otros. A lo mejor, estaban esperándole a usted, lo mismo que Amazon o Facebook o Instagram. A usted lo que le pasa es que carece de la fantasía necesaria para extraerle la plusvalía a sus contemporáneos. Hace años, tenía usted a su disposición a todo el sudeste asiático, incluidos niños y niñas, dispuesto a fabricar pantalones vaqueros por cinco céntimos la hora. Es verdad que de vez en cuando se derrumbaba una fábrica y los obreros morían como chinches. En el emprendimiento hay que asumir riesgos. Si usted se encuentra fragmentado, usted es un moderno. Vale.

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