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José María de Loma

Drama naranja

No falta quien dice que el PSOE se echa en brazos de los nacionalistas pero le niega el apoyo que sería suficiente para que no se echara en brazos de los nacionalistas

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas

Algo se muere en el alma cuando un partido se va. Ciudadanos no está para canciones. Hay quien dice que se va de Ciudadanos porque ha dejado de ser un partido de centro y entonces se va a uno de derechas. No falta quien dice que el PSOE se echa en brazos de los nacionalistas pero le niega el apoyo que sería suficiente para que no se echara en brazos de los nacionalistas. Hay un cementerio de partidos políticos olvidados en el que cada noche la UCD y el PDP juegan a las cartas con UPyD. El CDS va de farol. En no pocas casas de toda España habrá en olvidadas estanterías, desvencijadas cajoneras, o armarios tristes, carnés que amarillean, carnés de formaciones que un día existieron, tuvieron votos, organizaron mítines, protagonizaron debates y hasta tuvieron en sus filas asesores, subsecretarios, voceros, panegiristas, diseñadores gráficos o disidentes. Si tres comunistas se suben a un taxi, al bajar son dos y una escisión. Sería muy bueno para el sistema y el vigor político y de España que existiera un partido de centro liberal reformista y moderno que pudiera votar a favor de la Ley de Eutanasia pero apoyar al PP en algunos sitios, que pactara con el PSOE pero no compartiera todas sus políticas. Un partido laico, moderno, alejado de trabucaires y carlistones pero dando guerra a trasnochados revoltosos y disgregantes insolidarios. A lo mejor yo no votaría a ese partido pero suena bien. Arribistas que vestían el naranja corren hacia el PP, también algunos hacia el PSOE, buscando la mamandurria, el coche oficial y la vida de moqueta y dos tenedores. Ciudadanos no creía en las diputaciones provinciales y está loco por gobernarlas. No es seguro que Ciudadanos esté muerto pero enterrado está. Uno de los objetos más resistentes al tiempo es el llavero de la UCD, con sus colores verde y naranja. Debieron hacer millones. Hoy hay poco merchandising y el que hay es cutre o de exaltados. Si vas con la camiseta de un partido te pueden hacer un homenaje o darte una paliza y no está uno ni para excesos ni para que le calienten los huesos. Todo hombre que se precie ha de fundar una corriente. El anarquista milita en sí mismo y se hace la oposición a la vez; solo en el sueño encuentra paz, salvo que sueñe con un mundo en el que se ha instaurado el anarquismo. El asunto más serio: a la política le falta humor. Hay partidos que cumplen su función y partidos a los que se lo carga una facción. El capital político de Ciudadanos deja muchos intereses. Y ahí están a ver quién los cobra. 

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