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TRIBUNA

Mar Galindo

Locura de marzo

Justin Pitts trata de anotar una bandeja. RAFA ARJONES

Cada año, cuando llega marzo, se desata la locura en el mundo del baloncesto. En Estados Unidos comienza el campeonato de la División I masculina de la NCAA, en el que participan 68 equipos universitarios clasificados en otros torneos que, tras distintos cruces y cribas en un apretadísimo calendario, disputan una final four. March madness lo llaman. Y esa locura de marzo ha llegado a la LEB Oro con el cambio en el sistema de competición y la división en dos grupos que juegan dos fases, que nos ha dejado partidos que cuentan o no cuentan en función del rival clasificado y extrañas jornadas marcadas por el aplazamiento de encuentros debido a la pandemia. En esta locura de marzo con la que ha arrancado la segunda fase, la primera sorpresa ha sido el pleno de victorias de los equipos del oeste, con apretadas prórrogas incluidas, en pabellones con un público más o menos variable y la mayoría de aficionados siguiendo la liga a través de la televisión y las redes. Tenemos dos meses por delante para definir quiénes serán los elite eight, como los llaman en el torneo universitario, esa élite de ocho equipos que disputarán los play-offs para conseguir una única plaza de la liga Endesa. La emoción está servida.

El Lucentum tiene hoy una oportunidad de oro frente a Leyma Coruña. Tras la ajustada derrota contra Oviedo en casa la semana pasada, hoy puede dar un paso hacia los play-off si gana al conjunto gallego y consigue su primer triunfo de la segunda fase. No obstante, habrá de hacerlo con la ausencia del capitán, Pedro Llompart, lesionado. La hora de la verdad para Justin Pitts, que no está en su mejor momento de juego pero que ha de asumir el liderazgo del equipo y recuperar la confianza para lanzar todos los tiros que caigan en sus manos. El acierto de Pitts será determinante en la ofensiva contra Coruña, un equipo en el que lituanos y africanos plantarán cara en un Pedro Ferrándiz con 150 espectadores que atronarán como 300. Necesitamos el buen hacer de Urtasun ordenando al equipo para jugar, la intensidad de Chumi en la defensa, la rapidez de Gjuroski para armar el brazo y lanzar, la solvencia de Galán en la pintura, la puntería de Edu desde el perímetro, la intimidación de Bilbao bajo el poste y los bloqueos de Zohore para que Allen encuentre el aro. Necesitamos la mejor versión de Guillem Arcos para dar apoyo al equipo. Y sobre todo, recuperar la confianza. Seguir lanzando, aunque fallemos. Continuar luchando, aunque vayamos por detrás en el marcador. Acabar con esta locura de resultados que ha supuesto el 2021 para el HLA, para que el espíritu del March madness revierta la mala racha lucentina. Volver a hacer nuestro, una vez más, ese gran lema de la Kali Nord. Porque podremos perder, pero no rendirnos. Ya lo decía Babe Ruth, el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos. Es difícil derrotar a una persona que nunca se rinde. Este es el momento para que nuestro base americano reivindique su MVPitts y desate la locura en el Centro de Tecnificación. Pedro Rivero nos lo ha recordado esta semana. Justin nos ha traído hasta aquí y tenemos que arroparlo. Él nos marca el camino. Así que, prepárense para el espectáculo esta noche. Comienza la locura en el Pedro Ferrándiz. «In Justin we trust».

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