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Juan Carlos Padilla Estrada

Las crónicas de Don Florentino

Juan Carlos Padilla Estrada

¿Qué hemos hecho los españoles para merecer esto?

Banderas de España

El 27 de abril de 2025 llegarán a Marte cinco naves Starships cargadas con maquinaria y robots. Establecerán la primera base el monte Erebus y prepararán el terreno para la llegada de 30 humanos, que tendrá lugar el 20 de junio de 2027. El 11 de julio de 2029 llegará un segundo grupo de 76 humanos, entre ellos cuatro “turistas espaciales”, que habrán pagado 50 millones de dólares por la excursión. En el año 2031 se producirá suficiente alimento en el planeta para sustentar a los colonos, que ya serán 156. El 24 de septiembre de 2036 llegarán los primeros animales y en 2038 habrá humanos que decidan quedarse a vivir definitivamente en Marte. Se estima que en 2040 nacerá el primer ser humano en Marte.

Esta cronología es la definida por el proyecto de colonización del planeta Marte, liderado por Elon Musk, dueño de Space X. Será antes o después, pero parece imparable la formación de una colonia marciana, en la que, esperemos, sus habitantes sepan aprender de su pasado y no repitan los mismos errores cometidos por sus antecesores.

Ingenieros de Arizona acaban de presentar un proyecto para construir una especie de “arca de Noé” en la Luna, donde se guardarán todas las formas de vida terrestre para preservarlas de un eventual evento de extinción.

Planeta Tierra, año 2021: Miles de científicos trabajando conjuntamente y luchando contra el tiempo y a veces contra los prejuicios, ha desarrollado en tiempo record varios fármacos para combatir la moderna plaga que ha diezmado a la Humanidad durante el 2020: la infección por el virus covid 19.

Hay más, bastantes más, proyectos en los que el genio, la perseverancia y la voluntad humana se confabulan para resolver problemas o avanzar en el futuro en planes tan ilusionantes como necesarios para los humanos, considerados como especie.

Pero… pero… Abra los periódicos españoles, lea sus cabeceras, bucee en los editoriales, escuche alguna tertulia radiofónica…

¿Será verdad? ¿Puede concebirse que los dirigentes de este pequeño país del oeste de Europa estén más pendientes de sus parcelitas de poder, de arrebatarse los sillones y garantizarse poltronas que, de los problemas reales de los ciudadanos, inmersos en una recesión sin precedentes, azotados por una pandemia y una crisis económica secundaria que pone en peligro a muchas generaciones?

La situación es aún peor de la que se supone, la que intentan vender estos aprendices de brujo. Nuestro país ha hipotecado su futuro, porque -como se ha dicho tantas veces- estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y eso, antes o después, se ha de pagar. Pero aquí vivimos en una permanente patada a seguir, ofreciendo más y más a los ciudadanos con la incerteza de quien acabará pagando esa fiesta. O, mejor dicho: con el resultado de enormes déficits que se cargan a la emisión de deuda pública: lo dicho, una patada al futuro… en el trasero de nuestros hijos.

¿Exageración?

Juzguen ustedes: Endeudamiento 120% del PIB. Déficit estructural 4%, con buena parte del tejido productivo afectado por la pandemia. Tasa de paro por encima del 20%.

En 1977 España vivía unos momentos dramáticos, con la transición política a medio cocer y una crisis económica (inflación del 26%) y social galopante. Entonces, todos los partidos con representación parlamentaria, los sindicatos y las asociaciones empresariales firmaron unos acuerdos en el palacio de la Moncloa. El resto es Historia.

Pero, me pregunto ingenuamente, ¿qué ha cambiado en España para que, en vez de reaccionar de manera unitaria y asumir entre todos medidas más o menos impopulares pero eficaces, nuestra clase política se dedique a moverse los sillones, comprarse votos como en un zoco árabe, realizar adelantos electorales que solo a una élite interesa, iniciar, en definitiva, una espiral de juego de tronos a la que asisten perplejos los ciudadanos, contemplando lo alejados que están estos tipos y tipas de sus intereses reales y, lo que es peor, lo poco que les importan estos a los estadistas de la Patria.

¿Cómo luchar contra esto?

A ver si la semana próxima se nos ocurre alguna idea…

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