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Tribuna

El pito del sereno

Lo acompañaba de un video donde aparecían los ciclistas circulando a ritmo tranquilo y sin que su comportamiento fuera representativo de dicho calificativo

Los aficionados al ciclismo de montaña pudieron estrenar en la tarde de ayer el moderno Pump Track de Elda tras tres meses de obras. | INFORMACIÓN

Hace unos días, una concejala de un municipio vecino incendió las redes llamando imbéciles a un grupo de ciclistas que recorrían una de las sendas de su amado municipio. Lo acompañaba de un video donde aparecían los ciclistas circulando a ritmo tranquilo y sin que su comportamiento fuera representativo de dicho calificativo. Y aunque no era este el caso, individuos que se comportan como imbéciles hay en todos los lados: algunos van en bici, otros practicando senderismo o escalando montañas, incluso ejerciendo de políticos. No nos engañemos, forma parte de la condición humana. Lo que no es lógico es señalar a un colectivo entero porque haya cuatro cretinos que no respetan nada. Esto es lo que está pasando con el colectivo de ciclistas de montaña porque para los de carretera y sus atropellos, necesitaríamos otra columna entera. El ciclismo de montaña es una forma de esparcimiento, donde el respeto a la naturaleza y al resto de usuarios forma parte de su carácter. A mí tampoco me hace gracia encontrarme el monte lleno de basura o de domingueros, de las romerías de senderistas por toda la sierra a raíz de la pandemia, y de gente que no ha pisado una senda en su vida. Pero el monte es de todos, con cultura, educación y empatía a lo que nos rodea, es posible la convivencia. Lo de la concejala y el exabrupto no es un caso aislado. Últimamente estamos notando una corriente que nos pone en el punto de mira, como si fuéramos la causa de todos los males. Este fin de semana, en un artículo de este mismo medio y sin fundamento alguno, nos culpan de lo peligrosos que somos para el entorno del Pantano de Elche, paraje donde en sus alrededores, existen cuatro vertederos de residuos municipales. Nos toman por el pito del sereno. Tras estimar la Conselleria las alegaciones de IMBA para el uso de las sendas del Parc del Turia en Valencia, ahora las elimina de un plumazo, y se excusa diciendo que no es lo mismo «prohibir» que «no autorizar». No es lo mismo, pero las consecuencias sí son las mismas cuando dicho mandato proviene de una administración. Aquello de que todo lo que no está expresamente prohibido está permitido no concurre aquí, porque sería necesaria una autorización expresa para poder circular. Estos políticos son jóvenes o no tienen memoria. Nosotros en cambio somos viejos y muchos, quizá nos falta organizarnos más a menudo. Por ello y como en el año 2007, no nos vamos a quedar sentados en nuestros sillines, y en cuanto la pandemia lo permita, nos manifestaremos por nuestros derechos.

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