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Juan Carlos Padilla Estrada

Las crónicas de Don Florentino

Juan Carlos Padilla Estrada

Ideas para mejorar esta España nuestra

El TC se fractura al resolver que los ultrajes a la bandera de España no están amparados por la libertad de expresión

La semana pasada comparamos los proyectos de la Humanidad con las acciones de nuestros políticos.

Sí… ya sé… me lo han repetido… “es un dislate de categoría especial”. “Vivimos en una sociedad con tecnología del siglo XXI y políticos del siglo XVIII”. “Los políticos son una estirpe alejada de la sociedad real”. “Los políticos han creado un nirvana donde ellos son felices, importándoles nada el resto de la sociedad”.

Vale… vale… parece que no están muy bien considerados, en general, estas personas que se dedican a eso de la cosa pública. ¿Por qué?

Me lo pregunto, con la sincera intención de entenderlo. Como todas las generalizaciones, contiene injusticias, pero creo que los argumentos más manejados por la ciudadanía podríamos resumirlos en:

  1. Son arribistas, carentes de la mínima preparación, en la empresa privada no pasarían de puestos de baja responsabilidad.
  2. Interpretan la política como su ocupación permanente: escalan puestos dentro de las organizaciones endogámicas que les proveen un salario –frecuentemente público- gracias a un entramado en el que siempre obtienen sustento.
  3. Cuando llegan a puestos ejecutivos suelen anteponer los intereses de “su tribu” a los generales de la sociedad. Y hacen y deshacen a su antojo velando prioritariamente por sus provechos: véase ejemplos recientes de mociones de censura y convocatoria anticipada de elecciones en Madrid. Su intencionada polarización hace imposible llegar a acuerdos en beneficio de la sociedad.

Bien, hay más argumentos, pero con estos creo que explicamos bastante la evidente desafección social hacia la “clase política”, algo que crece como un monstruo, amenazando con destruir el sistema y posibilitar la llegada de formas de gobierno realmente peligrosas: Ya dijo el bueno de Churchill que la democracia es el peor de los sistemas posibles… si exceptuamos a todos los demás.

Pero algo habrá que hacer, ¿no les parece? Alguna medida habrá que adoptar para que nuestros políticos cambien de actitud y comiencen a comportarse como lo que deben ser: servidores públicos, anteponiendo intereses generales a particulares. Y a mí se me ocurren algunas ideas:

  1. Deberíamos introducir el voto electrónico, para aumentar la participación social. E instituir el partido de la abstención: Si votamos en blanco un 30% de los electores, el 30 % de los escaños del congreso correspondiente debería quedar vacante, con el consiguiente ahorro económico para las arcas de todos.
  2. Retirar privilegios vitalicios a los políticos: Hacer imposible el vivir de la política durante toda la vida.
  3. Adelgazar “la tribu”: Eliminar por ley asesores y puestos de confianza. Y lugares donde colocar amiguetes. Eliminar Senado y Diputaciones. Reducir los parlamentos al 20%: nos da igual que haya 100 que 20 para apretar el mismo botón, porque además los que verdaderamente trabajan son ese 20%.
  4. Importante: Idea revolucionaria: Reducir los mandatos a uno solo. ¿Perdón? Verán: En USA se conoce bien el síndrome del segundo mandato del Presidente: Como no se puede presentar a la reelección, el ocupante de la Casa Blanca deja de lado medidas populistas encaminadas a subir su notoriedad y pagadas por todos, y se centra en lo realmente importante. ¿Por qué no lo hacemos aquí, impidiendo al político de turno que se presente a la reelección? Denle una vuelta… lograríamos evitar esa tentación de contentar a los electores con dinero público y el político que quisiera de verdad servir a su país tendría cuatro años, exentos de tentaciones populistas para su reelección. La verdad es que cada vez me gusta más la idea.
  5. Pagar más a los políticos. ¿¿¿¿Cómo??? Veamos: Si los reducimos como yo propongo (quizá a un 20% de los que tenemos actualmente) les debemos de pagar adecuadamente. Es impresentable que el Presidente del Gobierno cobre menos de 80.000 euros anuales. Yo prefiero tener buenos gestores y bien pagados a una miríada de inútiles buscando resquicios para llevarse a casa un plato de habichuelas… o de caviar.
  6. Constituir en España una Escuela de Dirigentes, similar a la francesa École nationale d'administration, donde se forme a personas capaces y motivadas para liderar a la sociedad. Es increíble que para ser guardia urbano le pidan a los candidatos hasta másteres y para ser presidente del Gobierno sea suficiente el certificado del jardín de infancia.

Lo sé, lo sé… me he excedido… pero es que uno se pone y una cosa trae a la otra… Ustedes y los políticos me sabrán perdonar. Bueno, ellos no. 

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