Ayer se celebró el día mundial de la Salud. Aunque pueda parecer paradójico celebrar tal día en la situación de pandemia por la que estamos pasando, considero que nunca, posiblemente, haya sido más importante hacerlo.
Sin duda la pandemia nos sitúa en un entorno de enfermedad e incluso de sufrimiento, dolor y muerte, pero a pesar de ello o precisamente por ello, ahora más que nunca, es importante tener en cuenta lo que es y representa la salud.
La salud según definió la OMS no es solamente la ausencia de enfermedad, es una dimensión que trasciende a la sanidad y que se sitúa en aspectos tales como el bienestar, el bien ser o el buen vivir y que tal como definiera Jordi Gol es aquella manera de vivir autónoma, solidaria y feliz. Un equilibrio y una manera de vivir que cada persona interpreta, valora, percibe… en base a sus sentimientos, emociones, cultura, tradiciones… estando además influenciada por los entornos en los que vive y convive.
Es por ello que resulta fundamental promocionar entornos saludables en los que las personas no tan solo puedan trabajar, disfrutar, estudiar, desarrollarse… sino que puedan hacerlo en las mejores condiciones posibles para ellas, pero también para el propio entorno, mediante un equilibrio entre necesidades, demandas, recursos disponibles… contribuyendo a potenciar la salud y sus activos.
La Universidad de Alicante apuesta de manera clara y decidida por una Universidad Saludable como espacio de convivencia articulada con la comunidad en la que se inserta y de la que forma parte.
Desde este planteamiento la Universidad de Alicante, a través del proyecto de Universidad Saludable, ha venido dando respuesta eficaz y eficiente a la pandemia sin perder en ningún momento la perspectiva de la salud como eje central de todas sus actuaciones.
Y precisamente esta perspectiva de salud es la que ha permitido abordar una situación tan compleja y en ocasiones dolorosa desde una clara apuesta por la participación activa de los diferentes órganos de representación universitaria, facilitando en todo momento una información próxima, clara, rigurosa y exenta de alarmismo con el fin de que toda la comunidad universitaria se sintiese responsable tanto de su salud individual como colectiva. Este planteamiento coordinado desde el Servicio de Promoción de la Salud y Prevención de la Universidad de Alicante en el marco del Proyecto Universidad Saludable y articulado con las instituciones sanitarias de la Generalitat han permitido controlar de manera muy eficaz la situación con una incidencia muy baja de contagios y con un exhaustivo control y seguimiento de los mismos, todo ello acompañado de una permanente comunicación directa y positiva centrada en la salud, identificando los múltiples activos de salud de los que dispone la universidad como potenciadores y protectores de la salud de cuantas personas interactúan con seguridad en el campus y sus múltiples instalaciones. Desde este planteamiento de salud siempre se ha identificado a la comunidad universitaria como parte de la solución y no como problema, permitiendo un seguimiento de las medidas muy positivo, que ha facilitado el control de la pandemia y permitiendo que la Universidad de Alicante no tan solo sea un entorno seguro, sino saludable. La aportación de trabajadoras/es y estudiantes ha sido determinante para lograrlo y pone de manifiesto la importancia de desarrollar intervenciones desde una perspectiva positiva, participativa y responsable, como la que se ha llevado a cabo y que desmonta discursos culpabilizantes que muchas veces se lanzan arbitrariamente contra colectivos como el de jóvenes.
Conseguir una tasa de incidencia negativa abre, además, nuevas expectativas de cara a recuperar de manera segura y progresiva una actividad universitaria en la que la presencialidad es seña de identidad y que se verá enriquecida con la aportación que las tecnologías de Información y Comunicación (TIC), han incorporado a la actividad universitaria en todos sus ámbitos. Es cierto que han venido para quedarse, pero, en ningún caso para sustituir sino para complementar y contribuir, de manera clara y decidida, a desarrollar estrategias más innovadoras y eficaces que se incorporarán también como activos importantes de salud.
La Universidad de Alicante, por tanto, como entorno de transmisión y producción del conocimiento, pero también de interacción y comunicación, abierto y accesible, pretende poner en valor sus activos en salud tal como se estableció en 1986 en la Carta de Otawa para la Promoción de la Salud en la que se priorizaba “la creación de entornos que apoyen la salud”.
La Resiliencia, otro de los ejes que el nuevo equipo de gobierno ha incorporado, va a ser fundamental a la hora de establecer sinergias con el proyecto de Universidad Saludable, de tal modo que se desarrolle una estrategia de acción que simultanee actividades de diagnóstico con actuaciones derivadas de la literatura científica o diagnósticos previamente realizados, desde una perspectiva abierta, horizontal y participativa que permita identificar, valorar y aprovechar cuanto genere o pueda generar salud y contribuya a potenciar en sus usuarios reales y potenciales una imagen de calidad que favorezca el orgullo de pertenencia a una comunidad saludable. Acciones, intervenciones, planes, actividades… conducentes a construir la realidad postpandemia desde perspectivas que permitan incorporar conductas y hábitos saludables relacionados con el medio ambiente, la accesibilidad, la movilidad, la sostenibilidad, la libertad, la perspectiva de género, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la alimentación, la actividad física, la cultura, la investigación, el voluntariado… que unidos a los conocimientos propios de cualquier disciplina conformen personas con un alto compromiso con la salud global y hagan de la Universidad de Alicante un referente saludable que se proyecte a la sociedad a la que pertenece, con el objetivo de vertebrarse y constituir espacios saludables más amplios.
