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Moisés Aparici Pastor

Altruismo: Fuerza y determinación

Varias personas donando sangre

Durante mi vida, me he encontrado personas con voz cargada de aprensión o rechazo frontal a donar sangre por el infundado miedo al pinchacito. Mi sonrisilla ante eso denotaba cansancio, pero guardaba compostura, pues la donación de plasma, plaquetas o glóbulos, es un acto libre y voluntario y, además, no rechazamos per sé a nadie. La donación de sangre es uno de nuestros más significativos avances y logros de la humanidad. Pese a ello, hemos de persistir en difundir esta causa, en informar a la sociedad que donar salva muchas vidas, por eso hemos de ser no sólo constantes, si no generosos donando. Esa misma sangre y sus componentes no se han conseguido elaborar de manera artificial. Y para que nuestro familiar o amigo pueda recibir alguna transfusión, primero hemos de demostrar nuestro altruismo, fuerza y determinación donándola, para que nadie pueda perder su vida por falta de sangre.

Los seres humanos, en ocasiones hacemos de la necesidad virtud, por eso es que cuando recae en miles de brazos solidarios aumentar la esperanza y calidad de vida de muchísimos enfermos aquejados de enfermedades mortales o que pasan por intervenciones quirúrgicas complejas, ese altruismo resulta cuanto menos vital. España puede vivir la emoción de decir a sus ciudadanos que, en nuestro país el acceso a la sangre en los hospitales, es seguro, pero existen cantidad de países cuyo acceso a la sangre donada, deja mucho que desear. La sangre segura salva muchas vidas, y te pedimos que nos dediques un poco de tu precioso tiempo y dones, regalar vida hace de tu existencia que te muevas con desenfado y, además de altruista, no cabe duda que resultas encantador. Compartes la vida que tienes extendiéndola a otros.

Y da igual si ves en los donantes su fuerza y determinación, siempre habrá personas que se negarán a donar, las mismas que en un determinado momento de su vida, no renunciarán a que ellos o sus familiares la reciban. ¿Qué diríamos si en el hospital no hubiese sangre para transfundir? No, no pensamos en ello, recibir esa sangre es un derecho que todo español tiene, de ahí que recíprocamente debiera ser también nuestro deber donarla. Así el mundo altruista de la donación de sangre demuestra su pasión por la vida. ¿Tienes dieciocho años, gozas de buena salud y pesas más de cincuenta kilos? No dejes que tus temores te impidan donar. Siguiendo la regla trazada, si eres mujer puedes donar cada dos meses un máximo de tres veces, si eres varón, puedes hacerlo hasta cuatro. Y ya sabes, donar sangre no es doloroso, necesitarla sí lo es. Ahora, con el dichoso Covid, necesitamos que, si has superado la enfermedad, acudas al CTA y dones plasma, hace mucha falta y ayudará a muchos contagiados a poder superar la crisis por la que sufren en el hospital. No lo dudes, y dona ese plasma con tus propios anticuerpos.

Cuando compartes tu sangre o derivados, dejas huella imperecedera de ti. Yo salve la vida recibiendo una transfusión de plasma que me ayudó a revertir el estado de mi sangre tratada con anticoagulante y, así poder entrar en quirófano y evitar la septicemia que la perforación de mi vesícula apuntaba amenazante y urgente. Dona mientras y cuando puedas, nos va en ello la vida. Gracias.

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