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Lorena Gil López

A contracorriente

L. Gil López

Mujeres que no tienen silla

Ursula Von der Leyen.

Arrancaba la semana con un interrogatorio del fiscal a la víctima de una violación múltiple en Sabadell en el que resultaba incomprensible la falta total de empatía y sensibilidad hacia una joven desgarrada. Sí, luego, en las conclusiones al final del juicio, expuso que era «verídica» y «creíble» la versión de la víctima, que estaba «muerta de miedo», pero, para llegar hasta ahí, ¿hacía falta ese interrogatorio? ¿Esas preguntas incisivas? ¿Ese «está usted segura de eso»? Creo que no.

Continuó la semana con la portera del Real Madrid, Misa Rodríguez, que subió a su cuenta en las redes sociales un montaje semejante a la celebración del madridista Marco Asensio tras marcar al Liverpool, en la que los dos agarraban su camiseta y se señalaban el escudo. «Misma pasión», rezaba el mensaje de la guardameta. Qué lejos estaba ella de pensar que tras ese sencillo mensaje recibiría un bombardeo de insultos machistas que provocaron que suprimiera el tuit. Al poco, eso sí, futbolistas y clubes salieron en su defensa y realizaron un montaje similar al que había hecho ella.

Y luego llega el presidente turco, Erdogan, y deja sin silla a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, mientras él y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se sientan tranquilamente en el centro de la sala de la reunión. Hombre, de Erdogan uno se lo puede esperar, pero ¿qué me dicen del tal Michel? Repantingado en su asiento mientras la irrelevante Von der Leyen no sabía muy bien dónde meterse o si es que estaba en el juego de las sillas.

2021, qué lento va el progreso y qué lejana veo la igualdad entre hombres y mujeres. Sí, estoy segura de eso.

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