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Luis Segovia

El plurilingüismo en Francia

Manifestación contra el plurilingüismo en enero de 2020 en Orihuela

El Parlamento francés (en contra del gobierno) acaba de aprobar una ley para proteger oficialmente sus cuatro lenguas regionales más importantes y reconocidas: el bretón, occitano, vasco y corso, para que se estudie en las escuelas públicas abriendo la puerta a la inmersión lingüística y a la subvención a escuelas privadas que no puedan dar esa opción, como las ikastolas, aunque el francés sigue siendo el idioma principal.

A finales del siglo XVIII menos de una cuarta parte de la población de Francia hablaba francés, el resto hablaba lenguas regionales que apenas se entendían se entre sí, por lo que la Revolución Francesa estableció en 1794 el francés como la única lengua oficial. Aproximadamente 80 millones de personas tienen el francés como lengua materna, mientras que otros 190 millones lo hablan como segundo idioma.

Y es que en Francia además del francés, se hablan las siguientes lenguas mencionadas: el bretón, lengua de ascendencia celta usada sobre todo al oeste de Francia o Bretaña. El occitano, muy extendida antiguamente, es lengua romance y se habla principalmente en todo el sur del Loire (Niza, Valle de Arán). El vasco o euskera, en los Pirineos atlánticos, limítrofe con el País Vasco. Y el corso, dialecto toscano, que se habla como su nombre indica en la isla de Córcega.

También se habla más secundariamente, el catalán, que proviene del latín gálico, se habla en los Pirineos Orientales limítrofe con Cataluña. El alsaciano que se habla en la zona del noreste de Francia, concretamente en el Valle del Rhin, y se parece mucho al alemán debido a su cercanía a la frontera con este país (Estrasburgo). El provenzal, dialecto del occitano. En el sudeste del país, alrededor de las zonas de Montpellier, Marsella y Mónaco. Y por último el gascón, algunos lo consideran un dialecto del occitano, otros como un idioma romance independiente que tiene más de siete variedades, y se habla cerca de la zona de Burdeos.

Todas estas variedades regionales, fueron llamadas despectivamente “patois y socialmente fueron consideradas inferiores y faltas de prestigio por razones sociales, eso llevó a su abandono progresivo a lo largo del siglo XX. Pero políticos de la región de Bretaña y de Córcega, incluso con movimientos independentistas, presionaron para que el legislador potenciará el estudio de estas lenguas vernáculas. Al establecerse la posibilidad de la inmersión lingüística en las cuatro lenguas citadas, el gobierno se opuso pues suponía una amenaza a la primacía del francés que sigue siendo el único idioma oficial para toda Francia, e incluso consideró este punto contrario a la constitución del país que establece que la lengua de la República es el francés.

El problema de la pluralidad de lenguas es semejante en España, que durante la II República en la formulación del estatuto de Cataluña se estableció que fuera el catalán un idioma oficial, aunque oponiéndose a la inmersión el gobierno republicano. Actualmente y de acuerdo con la constitución, aquellas regiones o nacionalidades que tenga lenguas propias son consideradas como cooficiales, y permitiéndose la inmersión correspondiente. Tal cooficialidad en las comunidades de Galicia, País Vasco, Cataluña, Baleares y Valencia supone la necesidad de obtener título oficial del dominio de esas lenguas para todo cargo público en las respectivas Autonomías.

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