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Florentino Regalado Tesoro

El trasvase Tajo-Segura: una gestión cainita

Tubos del trasvase Tajo-Segura a su paso por la Vega Baja, dentro del término municipal de Orihuela.

 La historia nos dirá el día de mañana, si el haber convertido España en un reino de taifas de 17 comunidades que se hacen la puñeta entre sí a la mínima de cambio, en vez de haber descentralizado la gestión general aprovechando las infraestructuras de las Diputaciones, hoy tal vez infrautilizadas, distribuyendo la riqueza desde el Poder Central mucho más uniformemente en vez de centralizarla en las capitales de la comunidades, en perjuicio de las restantes provincia de las mismas, no ha sido un tremendo error que lo estamos pagando un día sí y otro también.

La dejadez de ciertos asuntos: la sanidad, la educación, las infraestructuras estratégicas, y algunos más que ahora no me vienen a la cabeza, en manos de las comunidades, la jodida pandemia ha demostrado de modo ejemplar, que las cosas parece que no funcionan como deberían. ¡Qué le vamos hacer!, España es como es y la cosa no parece que vaya a cambiar, al menos en un periodo largo de nuestra historia presente y futura.

Si nos centramos en el trasvase Tajo-Segura, una infraestructura estratégica en el desarrollo económico de una zona de España, de un valor patrimonial difícil de estimar, del que dependen cien mil familias de forma directa, y que aporta una riqueza al País muy considerable, es una claro ejemplo de que mi reflexión inicial no va muy desencaminada, cuando unos políticos cainitas e irresponsables por un lado, y otros políticos vendidos y sin tener lo que hay que tener para defenderlo como deben por el otro, se lo quieren cargar.

No cabe en cabeza humana medianamente sensata, que sabiendo que un metro cúbico de agua en el trasvase, proporciona una riqueza de tres a diez veces mayor que dejándolo fluir en el Tajo, tengan los santos bemoles, por unos votos miserables, gestionarlo como lo están haciendo.

Confieso que se mire como se mire, este asunto solo cabe en una España cainita y desnortada, al igual que esta sucediendo con otras muchas cosas de todos conocidas, por más que se quiera esconder la cabeza como los avestruces.

En la planificación hidráulica de España, resulta de lo más elemental pensar, que tendría que hacerse técnicamente por los expertos y sabios que saben de todo esto, distribuyendo los recursos de la forma más eficaz posible y compensando a los territorios solidariamente para evitar injusticias manifiestas.

Cuando no se hacen las cosas así, solo se generan frustraciones y pobreza, y aquí tenemos a nuestra provincia de Alicante para ponerlo de manifiesto, en la que la riqueza de la misma por habitante va hacia atrás como los cangrejos a un ritmo alarmante, por el trato que esta recibiendo desde el gobierno central de un signo u otro; y porque no decirlo también, del trato históricamente recibido en la propia autonomía.

Se me ocurre una solución que, por supuesto no hay narices para aplicarla por parte de nuestros diputados y senadores en Madrid, y es tan simple como imitar a los meapilas de PNV, que actúan con sus reducidos votos con unos réditos extraordinarios.

Bastaría quitarle la escalera al gobierno de turno y dejarlo colgado de la brocha en unas cuantas votaciones en el Congreso y otro gallo nos cantaría sin duda alguna. Y si nuestros políticos tienen el coraje que deberían tener, que hagan la prueba un par de veces y verán como se acaban los ninguneos que se traen con el trasvase irresponsablemente.

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