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Antonio Balibrea

La paz es posible en Afganistán

El presidente Joe Biden durante una comparecencia en la Casa Blanca.

 Después de lustros de guerra en Afganistán la retirada de las fuerzas de la OTAN parece enmarcarse en una estrategia de paz liderada por la ONU y gestionada por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA). Este trabajo y la labor de los aliados pueden hacer posible la paz, en mi opinión. No es la decisión unilateral, sino que pretende coordinarse con los aliados y con la ONU. El retraso hasta septiembre en la fecha de retirada obedece a eso, y a cerrar las negociaciones que se inician esta semana próxima en Ankara entre el equipo de la República Islámica de Afganistán en representación del Consejo Superior para la Reconciliación Nacional y la delegación de los talibanes que encabeza el jeque Abdul Hakim. Se trata, también, de concretar la celebración de elecciones en diciembre de 2021, con la asistencia técnica electoral de Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presentó, el pasado mes de marzo, un informe al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de Naciones Unidas sobre “La situación en Afganistán y sus consecuencias para la paz y la seguridad internacionales” (A/75/811- S/2021/252). Los acontecimientos más importantes del año pasado los agrupa en tres aspectos: político, seguridad y cooperación regional. En el aspecto político se informa de la Constitución del Consejo de Reconciliación, y su aprobación a los nuevos ministros; las negociaciones el pasado diciembre con los talibanes; las entrevistas que estos han mantenidos tanto en Rusia, como en Irán, y desde enero con los representantes de la nueva administración norteamericana, y Kabul. Hasta la fecha EEUU ha reducido en dos mil quinientos el número de efectivos militares, más de la mitad. En materia de seguridad el número de incidentes aumentó un 10% con relación a 2019 achacables a la aparición de miembros del Estado Islámico, aunque la principal fuerza de oposición al gobierno, siguen siendo con diferencia los talibanes. Se ha constituido el Mando Nacional Afgano de Operaciones Especiales, a la vez que ha aumentado la presencia policial en la capital y en otras regiones para aplicar lo que llaman la “carta de seguridad”, personal y aspectos en cuya formación y configuración intervienen el medio centenar de efectivos españoles. Las relaciones de cooperación regional han mejorado sustancialmente con Irán, estableciendo una nueva línea de ferrocarril; también con Pakistán, con Turkmenistán, Uzbekistán y con la India. El respaldo de los países vecinos y el seguimiento del proceso, tanto de Rusia como Irán o Turquía parece propiciar una situación futura más estable. El director de la CIA, William J. Burns, dijo al Comité de Inteligencia del Senado que la retirada conllevaba un "riesgo significativo" de que grupos como ISIS o al-Qaeda pudieran intentar aumentar su presencia en Afganistán y planear nuevamente ataques contra los intereses estadounidenses.

El anterior presidente de Estados Unidos había fijado el 1 de mayo como fecha tope para la retirada; ahora treinta socios de la OTAN han respaldado el plan de Biden para septiembre. La actuación de las Naciones Unidas cubre otros ámbitos como el ya señalado de apoyar y asesorar en la celebración de las elecciones y otros, no menos importantes, como la lucha contra la producción de estupefacientes, sustituyéndolos por otros cultivos. De la asistencia para el desarrollo hay conversaciones para una segunda versión del plan, así como reformas administrativas, y tribunales contra la corrupción. Las Naciones Unidas han desarrollado un plan “Una ONU” para el apoyo a la vacunación contra el COVID-19 y establecieron un grupo de trabajo interinstitucional para el apoyo al programa de vacunación del Gobierno. En materia de derechos humanos aparte de los informes anuales sobre bajas civiles -casi nueve mil el año pasado- muchos de ellos mujeres y niños; lucha contra la tortura y malos tratos de los prisioneros; ha publicado un informe sobre los asesinatos de defensores de derechos humanos, de periodistas y trabajadores de los medios. UNAMA ha propiciado las campañas contra la violencia de género y hay un ministerio de Asuntos de la Mujer, “la participación plena, igualitaria y sustantiva de las mujeres a todos los niveles seguirá siendo fundamental para garantizar que el proceso de paz llegue a buen término”, subraya el informe del Secretario General en las observaciones finales, “aunque siguen estando “insuficientemente representadas”. Que se mantenga, y se incremente el incipiente papel de la mujer en los acuerdos de Ankara y el apoyo regional van a ser claves.

 

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