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Donación de sangre.

¿Has visto el prado tapizado de flores agrestes, o cómo la naturaleza se instala en tu jardín? Así es el mundo de la donación altruista de sangre: colorido, desenfadado, con sabor agreste y color rojo vida. Siempre he percibido la sangre donada como oro rojo, color de vida, armonía y tesoro escaso. La sangre que donas es el verdadero tesoro de la vida. Te escribo a ti, donante de sangre y/o médula, siempre te tendré en mi memoria por ese sencillo gesto de poner tu brazo y donar para cualquiera, parte de tu sangre, lo mejor de ti mismo y ese poco de tu valioso tiempo, permitiéndome vivir y volver junto a mis seres amados. Hiciste posible que volviese a subirme al tren de la vida, gracias al altruismo que te preside. No es que seas bueno, eres generoso, rebosas sentimientos saludables, tu alma es joven, tus venas sanas y tu corazón, grande.

La vida se ofrece cotidiana en sus enfermedades, accidentes y dolencias, y el número de trasplantes de órganos y transfusiones sanguíneas, crece. Los donantes de sangre/médula y órganos, aportáis normalidad a la existencia de cientos de millones de personas transfundidas o trasplantadas. Los enfermos recuperan salud o recobran calma, alegría y vitalidad. Os apasionáis por la vida procurando que ellos no sucumban al desaliento. El color de la vida que necesitan es el rojo de todas esas perlas rojas que se trasfunden cada día por más de cuatro mil bolsas en España. Las aguas del infortunio en la salud nos zarandean, la ceniza de nuestra nostalgia pervive en vuestro corazón, donáis para nosotros.

Los donantes saben el valor de su sangre y, a la luz de su conciencia y responsabilidad, ponen su brazo y donan. Son felices y han de ser bien atendidos, pues el aire puede perderse incluso antes de sentirlo. Donando salvan la vida de tres personas, sacan a la vida su verdadero tesoro, y su sangre hace posible este milagro. Las cifras demuestran que, un trasplante de riñón necesita ocho unidades de sangre; un trasplante de corazón, veinte unidades; un trasplante de médula puede utilizar hasta cincuenta bolsas de sangre; un accidente de tráfico hasta treinta donaciones; una intervención quirúrgica veinte donaciones; y que un enfermo de leucemia puede necesitar doscientas cincuenta bolsas de sangre; una operación de cadera de seis a ocho y, un parto complicado, de cuatro a seis bolsas de sangre.

No des la mano, pon el brazo. La Donación de Sangre y Plasma es imprescindible. El miedo que más asusta en los hospitales, es el de su desabastecimiento. Donar sangre, es de vital importancia, los enfermos a veces necesitan una transfusión de plasma, plaquetas o glóbulos rojos, o el trasplante de células madre sanguíneas, (progenitores hematopoyéticos). Luchan por salir adelante, recuperar salud, y te necesitan. Dona sangre y médula, hazles sentir normalidad, sois su esperanza. El corazón de los donantes ha pasado del murmullo indeciso hasta convertirse en concierto vital. Su fragancia les precede, la fuerza de su sangre permanece dentro de ti.

Tu sangre alivia su incertidumbre. Esa bolsa de sangre, plasma o plaquetas, les regaló vida, oro rojo para salir adelante. Nuestro país abandera la donación de órganos a nivel mundial, y el mundo de los trasplantes cobra relevancia, y el importante eres tú, Donante de Sangre. Tu sangre vale por tres. Tuya es la solidaridad, tesón y altruismo, la constancia y entrega a la causa de las colectas de sangre, sin pago alguno, y con el éxito en los trasplantes, algunos piensan que se hacen con jarabe de fresa o agua bendita, y ni os nombran.

Donar es un acto generoso, libre y voluntario; se os tilda de héroes. Sois parte de la gran familia altruista, pero héroes no. Los enfermos de cáncer, hemofílicos, parturientas, anémicos y demás, no olvidarán el valor de vuestro gesto. Sois tan imprescindibles como quienes os precedieron. Ese gesto desinteresado de humanidad plasmado en cada bolsa de sangre, plasma o plaquetas, os define. Os pesa el corazón en el pecho. Formáis parte de la armonía de la vida: donáis, y los enfermos, abandonan el lecho del dolor. Sois dignos de encomio: Dono, Donas, Viven. Los paisajes de la donación son eternos. Bolsa a bolsa muchas personas rebosan esperanza en que su vida no se agote hoy. Salváis vidas, lo lleváis en la sangre. Los enfermos son frágiles, ayúdales. La sangre es un tesoro escaso, sale de ti, no se fabrica. Donarla es tu compromiso a diario. 

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