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Doménec Ruiz Devesa

Un llamamiento de toda la sociedad europea por la unión federal

Vista general del Parlamento Europeo.

Coincidiendo con el día de Europa y el lanzamiento de la Conferencia por el Futuro de Europa el 9 de mayo de 2021 en Estrasburgo, la Unión de los Federalistas Europeos (UEF), el Movimiento Europeo Internacional, y el Intergrupo Spinelli de eurodiputados comprometidos con la profundización de la integración europea, venimos de publicar el manifiesto “Nuestra Europa federal: soberana y democrática” (puedes leer el documento aquí).

Creemos que es el momento oportuno de presentar este plan de acción, pues durante un año las instituciones europeas convocan a toda la ciudadanía y a la sociedad civil organizada a debatir y reflexionar sobre los retos que enfrentamos, desde el cambio climático a las migraciones y la salud pública, para acordar entre todos, qué más queremos hacer juntos los europeos, y cómo. Las más antiguas organizaciones de la sociedad civil organizada proeuropea, la UEF y el Movimiento Europeo, junto a los eurodiputados federalistas de cinco familias políticas distintas, desde la izquierda a los democristianos, pasando por verdes, socialistas y liberales, no podíamos faltar a esta cita.

Además hemos invitado a doscientas personalidades todo el continente a adherirse al Manifiesto. Lo han hecho 16 ex presidentes de gobierno, de todas las tendencias, incluyendo González y Zapatero, Letta y Conte de Italia, Verfofstadt y Di Rupo de Bélgica, y Tsipras de Grecia, entre otros. También respaldan ex líderes europeos como Romano Prodi (ex presidente de la Comisión), Javier Solana (ex Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad), y ex comisarios como Monti, Solbes, Almunia, y Marcelino Oreja, cuatro ex presidentes del Parlamento Europeo, incluyendo Gil Robles y Barón Crespo, y jefes de grupos parlamentarios europeos como la socialista Iratxe García y el liberal Dacian Ciolos. En España han dado su firma Cristina Narbona, Adriana Lastra, José Luis Ábalos, y Miquel Iceta, dirigentes del PSOE, así como varios presidentes autonómicos y alcaldes, como Ximo Puig, Fernández Vara, Joan Ribó (Valencia), Juan Espadas (Sevilla), incluyendo los alicantinos Carlos González (Elche), Rubén Alfaro (Elda), José Chulvi (Jávea), Toni Francés (Alcoy), o Vicente Grimalt (Denia). Pero no solo el mundo político apoya una Unión Europea más federal. Se ha logrado igualmente el respaldo del presidente de los sindicatos europeos Luca Visentini, y escritores y otros intelectuales y artistas como Mario Vargas Llosa, Luis García Montero, Miguel Ríos, Almudena Grandes, Javier Cercas, Daniel Innerarity, Daniel Cohn Bendit, Sami Nair o Nuria Amat, y de periodistas como Campo Vidal, Julia Otero, Carlos Arcaya y Toni Cabot. Firman también un gran número de representantes de asociaciones, eurodiputados y parlamentarios nacionales, incluyendo mi colega García Margallo. En definitiva, se trata de una propuesta de la sociedad y las instituciones, incluyendo, lo que es poco habitual, miembros de algunos gobiernos europeos.

Señala el texto en cuestión que “en los momentos decisivos de la historia, las comunidades necesitan poder adaptar sus instituciones para no caer en un declive irreversible (...) tras el final de la Guerra Fría, la Unión Europea dio un gran paso, con la creación de la Unión monetaria (...) sin embargo, no se logró un acuerdo sobre una verdadera política fiscal y social para el euro. Más tarde, con el Tratado de Lisboa, se fortaleció el papel legislativo del Parlamento Europeo, pero nuevamente no se logró crear una Unión económica y política sólida”.

Como consecuencia, continua este manifiesto, “la UE no estuvo preparada para el colapso financiero de 2008, los flujos migratorios de 2015-2016, el auge del nacional-populismo y el referéndum del Brexit de 2016. Este fracaso también se ha traducido en un fortalecimiento del papel de los gobiernos nacionales -como lo demuestra, por ejemplo, la ahora excesiva concentración de poder dentro del Consejo Europeo, cuya acción está bloqueada por vetos mutuos entre diferentes estados-, y en la incapacidad crónica de la UE para desarrollar una política exterior común capaz de promover los intereses estratégicos comunes de Europa”.

Podríamos añadir además que en el período entre 2010 y 2014 el ajuste fiscal y social a ultranza fue el desafortunado correlato de esta debilidad institucional de la Unión Europea, lo que profundizó la recesión y las desigualdades, generando desafección en los sectores populares hacia el proyecto de integración, además de alentar a derecha e izquierda movimientos euroescépticos. Sin embargo, la respuesta europea a la crisis en 2020, aun imperfecta en su implementación, ha sido radicalmente contraria en su filosofía. Ante una crisis de salud pública sin precedentes y el correspondiente cierre de sus economías, Europa ha reaccionado desde la unidad y la solidaridad, con un plan federal de recuperación que se financiará con una emisión mancomunada de bonos con cargo al presupuesto comunitario, y que se reembolsará con los ingresos de futuros impuestos de la UE, destinados a gravar a los gigantes digitales y financieros, así como las industrias contaminantes.

Esta innovación, prosigue el llamado, “constituye un gran salto hacia la creación de una Unión financiera y fiscal capaz de hacer valer la soberanía europea tanto en el interior como en el exterior y, como tal, necesita hacerse permanente”. También hemos empezado a construir la unión sanitaria, con la estrategia europea de vacunación, que ya ha superado el bache de Astra Zeneca, con la administración de unos doscientos millones de dosis en Europa, al tiempo que seguimos exportando al resto del mundo, en particular a los países más necesitados. La doble mutualización, sanitaria y financiera, abre el camino a los Estados Unidos de Europa. Por lo ello, el Manifiesto concluye que “necesitamos y queremos una Unión política fuerte, legítima y debidamente financiada (...) además, pedimos una democracia paneuropea más fuerte: verdaderos partidos políticos europeos y campañas adecuadas para las elecciones europeas, basadas en la creación de una circunscripción paneuropea y listas electorales transnacionales encabezadas por los candidatos a la presidencia de la Comisión Europea”. A lo que habría que añadir que es preciso empoderar al Parlamento Europeo en todas las decisiones sobre emisión de deuda europea y el establecimiento de gravámenes europeos, y superar la regla de la unanimidad en el Consejo.

Llamamos en consecuencia al conjunto de la ciudadanía a unirse en torno a este Manifiesto, para que de esta Conferencia salga una propuesta ambiciosa en favor de una Europa más unida, social, ecológica, y más eficiente y democrática en su toma de decisiones, pues solo así podremos proyectar poder e influencia en el mundo, en defensa de nuestros valores e intereses.  

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