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¿Qué hace falta para que aquí también podamos dejar de usar mascarillas?

No les escondo mi sorpresa al escuchar a la presidenta madrileña decir que ella, tras el trabajo se puede ir a tomar cañas o a la discoteca o a donde le de la gana, pues en Madrid hay libertad, lo que me llevó a escuchar el eco de estas palabras en otras comunidades gobernadas por la derecha del PP y, me pregunto: ¿no es algo irresponsable que un dirigente político de primer nivel arengue sobre la relajación de las medidas pandémicas, cuando los virólogos advierten sobre el riesgo de relajación? ¿Qué dirección puede tomar la pandemia este verano ante tanto desmadre y relajación? Cada día observamos en qué se está convirtiendo el final del estado de alarma, con tanto desalmado, inconsciente, loco con ganas de volver a desmadrarse, estúpidos con ansia de notoriedad, embriagándose de alcohol y mofándose del miedo que el resto de españoles tenemos pegado al cuerpo. De seguir así, igual nos cargamos el verano; inconscientes, egoístas.

La locura o inconsciencia de unos nos coloca en peligro a los demás. Así que debemos seguir con la distancia de seguridad, reducir los contactos y continuar en el uso de la mascarilla, y geles desinfectantes. Prudencia señores, vida sólo tenemos una y hay que disfrutarla con cabeza y aplicando el sentido común. Seguimos infectándonos, los aerosoles de aquellas personas con Covid y que se muestran asintomáticos, nos contagian. El virus no ha muerto, no bajemos la guardia, sigamos desinfectando superficies, interruptores o pomos. Y, por favor, fuera del mal uso de la palabra libertad, utilicemos la sensatez y miremos por los demás. Dejemos aparcados los vocablos gastados, desubicados, desleídos de contenido real, y fijémonos en la realidad, que no es otra que el virus mata. Sácale a la vida su verdadero tesoro y sigue cuidándote.

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