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Rafael Simón Gil

El ocaso de los dioses

Rafael Simón Gil

Yo tampoco

¿Se han situado ya en el contexto histórico de Felipe González, o tendrán que preguntarle a Adriana Lastra para que les explique que ahora les toca a ellos y ellas hacer lo que quieran con el PSOE?

Adriana Lastra

Entre que suelo ver poca televisión, y el hecho de que lo que más me guste sean las series glucosadas turcas de 300 episodios (motivo por el cual, en el segundo episodio, tiro la toalla por los picos de azúcar que me detecta la endocrina), los partidos del Hércules en Primera y la historia de la gastronomía tardoalbanesa, llego a la tautológica conclusión de que veo poca TV, de ahí que la mayoría de noticias que da me pasen desapercibidas. Pero hete aquí que esta semana, mientras buscaba Radio Albania Independiente para fusilar la receta de muflón con nabos que hacía la abuela de Enver Hoxha antes de ser detenida por su nieto, doy con el programa de Motos entrevistando a Felipe González. Lo bueno de bucear en programas de gastronomía histórica en blanco y negro es que de vez en cuando te encuentras con una joya de receta. ¿La conocen? La de González, me refiero.

Al parecer, y aunque millones de los españoles que hoy votan aún no habían nacido y otros tenían una muy tierna (Galván) edad, como Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Adriana Lastra, Felipe González fue cuatro veces presidente del Gobierno de España y más de veinte años secretario general del PSOE. Y también al parecer, con González, España entró en la UE y en la OTAN y salió de la Agenda 2050. Y al parecer también, con González, España celebró las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Digo al parecer porque, con la ley de memoria histórica, puede que todo eso haya desaparecido. En tiempos de González visitaron España los presidentes USA Reagan, Bush y Clinton (en los once años de Zapatero- Sánchez@castejon, ninguno ha querido venir a España; ni tan siquiera el adorado Obama, aquél de la conjunción histórico-estelar-planetaria junto a Zapatero que anunció Leire Pejín, ¿o fue Bibiana Aído?, qué memoria histórica la mía, apenas han pasado unos años y nadie se acuerda de ellas). ¿Se han situado ya en el contexto histórico de Felipe González, o tendrán que preguntarle a Adriana Lastra para que les explique que ahora les toca a ellos y ellas hacer lo que quieran con el PSOE?

Pese a que no veamos TV, hemos tenido conocimiento, gracias al episodio final de la serie turca Te alquilo mi amor, de que Pedro Sánchez, cautivo y desarmado por el ejército independentista de catalanes y vascos, de Bildu Oteguihombredepaz, y de Unidas Podemos con la sombra de Iglesias (recuerden la obra de Friedrich Dürrenmatt Proceso por la sombra de un burro), hemos conocido, digo, que Sánchez quiere indultar a los sediciosos catalanes condenados por el Tribunal Supremo. Y mediante el “Informe de Indulto” remitido al Gobierno por el TS hemos conocido su unánime oposición a dicha medida de gracia, entre otras razones, porque no existe “la más mínima prueba o el más débil indicio de arrepentimiento”. Un indulto en pago a las múltiples facturas que le van pasando al cobro sus socios de gobierno y coalición que le han alquilado su amor político. Pese a que toda la batería mediática progubernamental -sobre todo las TV que no vemos y la prensa del movimiento que cada vez cuesta más leer- se ha puesto en marcha para bendecir el efecto placebo del indulto, la inmensa mayoría de los ciudadanos está en contra, incluidos más del sesenta por ciento de los votantes socialistas. ¿Qué parte de ese inmenso no, no entiende Sánchez?

Para que nos hagamos una ingenua idea, Sánchez indultaría a sus socios de coalición cuyos votos les son imprescindibles para seguir gobernando, con lo que se daría circunstancia de que el propio Gobierno que concede el indulto sería uno de los grandes beneficiados perifrásticos del mismo al asegurarse los votos y el apoyo de los indultados. Visto de otro modo, mes amis: supongamos que te digo que si no indultas a los míos no apoyo lo tuyo y quedas en minoría; ergo, si los indultas te apoyo y sigues gobernando. Era un suponer, pero ¿suponen ustedes dos algo muy distinto? De ahí que cuando sanchez@castejon se refiere a una Constitución que no prevé la venganza sino la concordia, a usted le suene igual de fiable que el propio Sánchez prometiendo no acostarse con Iglesias ni pactar con Bildu, o el origen del Covid chino que China dijo que no vino de China pero que China no quiere que se investigue porque vino de China.

Volviendo a la gastronomía tardoalbanesa, sabremos qué dijo un cocinero llamado González cuando le preguntaron por la receta del indulto. “En estas condiciones yo no haría el indulto”; y como Sánchez, el hermeneuta, interpreta nuestra Constitución contraria a la venganza, González dijo que es una “Constitución no militante”, pero lo que “no admite es que alguien unilateralmente rompa las reglas del juego”. Ya sé que comparado con los de Zapaterosanchez@castejon, Adriana Lastra o Ábalos, el bagaje de González es ridículo: solo cuatro presidencias del Gobierno de España, 23 años secretario general del PSOE; incorporación de España a la OTAN y a la UE; celebración de las Olimpíadas de Barcelona y Expo de Sevilla; visita a España de tres presidentes de EE.UU; Premio Carlomagno en 1993 (la más alta distinción europea), Doctor Honoris Causa por las universidades de Lovaina, Toulouse y Tel-Aviv, o Gran Cruz de Oro al Mérito por la República de Austria. Por eso sus fotografías de socialista las revelan con desdén, en blanco y negro, los dirigentes del PSOE de hoy; pero resulta que, en contra de sus detractores, ese sigue siendo un color más nítido, más auténtico, más fiable, más beneficioso para España que los fuegos artificiales con que intenta cegarnos desde el gobierno sanchez@castejon su gurú pirotécnico. Si en estas condiciones González no haría el indulto, yo tampoco. A más ver.

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