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Manuel Alcaraz

La plaza y el palacio

Manuel Alcaraz

¿Era Colón genovés?

Será de un bonito ver: juntos pero no revueltos, o poco revueltos: un huevo de Colón poco revuelto

La sede nacional del PP, situada en la calle Génova

La sede histórica del PP en Madrid-España, en la calle Génova, está muy cerca de la plaza de Colón. A un tiro de piedra, como quien dice. Y el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Según parece, un tal Casado, dirigente de saberes enciclopédicos, incapaz de callar todo lo que ignora, la quiere vender. Por un no sé qué de unos arreglos con unos fondos que más bien eran cosa de los bajos fondos. Y porque está harto de pedradas. Una pena, porque estando tan cerca de Colón lo tienen todo muy a mano. Aunque, bien mirado, ese es el problema, que se les fue la mano. Hace tiempo. Colón está muy cerca de Génova, lo sé porque una vez pasé por allí. Era el entierro de La Pasionaria, una señora muy comunista, que ocupó la Presidencia de Edad del primer Congreso de Diputados de la democracia -a su lado, otro comunista: un tal Rafael Alberti, comunista y poeta, como debe saber wikiCasado-. Ciertamente el nacionalismo madrileño, hoy, hubiera fusilado en Colón a estos inauguradores de la democracia en España. Y a Adolfo Suárez, por dejarles estar. Me distraigo recordando la multitud de aquel entierro. A lo que voy: que no sé porqué Casado aún no ha vendido la sede de Génova.

Ahora se van a concentrar otra vez en Colón las esencias. Será de un bonito ver: juntos pero no revueltos, o poco revueltos: un huevo de Colón poco revuelto. Casado que no quiere ser retratado con Abascal por aquello del fascismo o algo parecido; Arrimadas que no quiere ser retratada con Abascal, por lo del fascismo o algo parecido, más que nada; pero tampoco con Casado, por lo de la corrupción, el trasfuguismo y eso. No está claro si Abascal quiere salir al lado de Arrimadas por mostrar que son más. O de Casado, que no se sabe nunca si Vox está contra la corrupción o su estar contra la corrupción es un mero brindis al caraelsol. Los camisas nuevas son así. Casado querrá salir con Arrimadas por si remata la faena. Pero por allá estarán enredando Rosa Díaz, Fernando Savater, Rivera y otros, en plan demoselfie. La sociedad civil, que se dicen. Y medio Comité Federal del PSOE de cuando el PSOE concedía indultos. España.

Sea: ellos son España. Y muchos más que irán. ¿Pero de verdad es preciso que España se eternice en las máculas de la corrupción, en los sinsabores del oscurantismo, en los resabios de las pretéritas envidias partidarias y en la transposición de problemas superados? ¿No parece que la España que se busca, y se rehúye, junto al Museo Arqueológico Nacional, a los pies del Barrio de Salamanca -¡buen corrupto este señor!-, merece algo mejor que el recuerdo de esta patulea cuando las cosas les van mal? Supongo que Casado vitoreará a Marruecos; Abascal a la Virgen de Montserrat, a la del Pilar y a la de Meirás; Arrimadas al centro pertinaz y Díaz a sí misma considerada. Pero los Magistrados de la Sala 2ª del Tribunal Supremo también merecen el recuerdo de las bases. Y eso que Casado está casi a punto de pactar la renovación judicial. Puede proponer a Cospedal, que esta temporada se lleva mucho, y, total, siendo como es española, ya nos viene bien.

Los problemas son amplios y generosos. Pero en esos pocos metros que van de Génova a Colón se sintetizan algunas de las penas de España. Porque además hay otras Españas, que no se animan a vociferar y a considerar no-españoles a los discrepantes, ni ven necesario chorrear de banderas o himnos -por cierto: me permito recordar al señor Alcalde de Madrid que la Constitución nada dice del Himno de España, como afirmó el otro día… ay, estos constitucionalistas…-. De la patria a la bolsa, de la historia heroica a la fuga de capitales, del desgañitarse en ¡vivas! a la guarda y custodia de unos porcentajes, del amor a los uniformes a realquilar guardias de la secreta para trapicheos internos. Nada define mejor a la derecha española que ese tránsito por el centro noble -tan cerca del Tribunal Supremo, también- entre la legalidad, la nobleza obliga, la trampa, la corrupción estructurante del discurso patriótico.

¿Nos habremos de tomar ahora muy serio esta repetición de Colón? Marx -con perdón- dijo aquello de que la historia se repite, primero como drama, luego como comedia. ¿Será así? Yo me lo tomo en serio: es una puntada con soga gruesa en el relato que prefiere una España rota que una España dialogante y serena. Lo que no significa absolver a los nacionalistas catalanes. Pero sí significa negarse a que la solución sea aceptar otro nacionalismo hiperbólico en el que se nos sume a todos los que no seamos separatistas, para que, con esas cuentas, los negocios de algunos puedan seguir prosperando.

¿Es que serán corruptos todos los que acudan a hacer la genuflexión a los gerifaltes de antaño? Claro que no. Es más: la mayoría, seguramente, son españoles de buena fe, asustados o preocupados. Y no diré que manipulados. Pero sí diré que estarán empujados porque las derechas españolas, empeñadas en apropiarse discursos de la autenticidad, no pueden, a la vez, escapar de sus felonías y de sus fechorías. Lo que significa que, si se adora el santo por la peana, ésta tiene sabor agrio de podredumbre. Y que hubiera sido posible -evitando el primer viaje a Colón, por ejemplo- haber intentado rutas de diálogo distintas de las seguidas. Veremos. Todos los que estén, serán. Lo que no sé es si las vacunas avanzan y la economía se alza, si serán demasiados más a un año vista. En fin, ya veremos dónde se busca casa el PP, eje cierto de este desmadre a la española, derechita ofendidita por las acusaciones y condenas de corruptelas, que entonces, ay, el Poder Judicial es avieso y travieso.

Están investigando unos forenses los huesos de Colón, que habitan en un catafalco descomunal de la catedral de Sevilla; por ver si al final el descubridor era de Génova, o no. Si ocurre que fue catalán el pasmo va a ser mayúsculo. Aunque, bien pensado, Don Cristóbal anduvo preso, con grilletes y apartado de negocios. A ver si era de Génova. ¡Se fuerte, Cristóbal!, le dijeron por gaviota mensajera. Lo que enseña que la cosa viene de antiguo. Pero, también que, presuntamente, se puede ser español, mucho español y hasta madrileño y ser prudente y honrado.

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