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No se puede reír la gracia

Las derechas se unieron contra Sánchez y los indultos en Colón

Entiendo se pueda, e incluso se deba perdonar, a quien ha causado daño, si se arrepiente y pide perdón, pero nunca a quien se enorgullece del mal causado, y máxime si ha sido a muchas personas, que no lo justifica ni por muy bien que lo fuese para él, o los causantes, si fueron varios o muchos, quien ha causado daño y dolor con sus actos, a una mayoría, en la que no ha querido ni pensar siquiera, en sus derechos, sentimientos y aspiraciones, ha sido un indolente injustificable, este es el caso del independentismo vasco-catalán, que para nada han reparado, que por bien que fuese para ellos lograr su objetivo, para los demás compatriotas sería una desgracia colosal, desmembrar su patria, con todas las consecuencias que arrastra, por quienes solo les importan ellos mismos, y todos los demás están demás.

Es tan desproporcionado el daño que causan, y la ingratitud que representa, para todos los demás compatriotas, que sostienen con sus compras el mercado que estas dos comunidades autónomas necesitan imprescindiblemente, para al menos muchos años aún, que no tienen disculpa. Pero todavía sí lo han comprendido, y están dispuestos a remitir en su empeño, y piden perdón, procedería concederles un indulto, y tenderles las manos, cómo si aquí no hubiese pasado nada. Pero quien no solo nunca ha dado muestras de arrepentimiento, sino que asegura que volverá a hacerlo una y mil veces, no tiene sentido olvidar el daño, cuando prometen volverlo a repetir.

Todo ello hace, que nadie creamos que este Gobierno es tan conciliador como ahora se muestra, que a pesar de lo dicho, se empecina en indultar a los sediciosos, que más que pedir perdón, parecen exigirlo, así como la exoneración absoluta de la causa, por la que han sido juzgados y condenados, de acuerdo con la ley que aprobamos entre todos los españoles en 1978, por mayoría absoluta, e incluso también en estas dos comunidades vasca y catalana, y que en esta ocasión a pesar de lo dicho, este Gobierno se muestre tan conciliador, es sospechoso cuanto menos, de que ha habido un acuerdo de intercambio de favores inconfesables, puesto que se trata de arriesgar la integridad de la patria, a beneficio propio, por mantenerse en el gobierno, con un coste de pura corrupción.

Esto parece, cómo si hubiese llegado el momento de pagar la factura del pacto, más degradante de toda la historia contemporánea, por eso exigen amnistía, y no parece bastarles el indulto, que es una medida de piedad o gracia, y se puede conceder en ciertas circunstancias, que por supuesto no se dan en los condenados, que lejos de sentir y arrepentirse por el daño causado, se muestran orgullosos de su hazaña, sin importarles el daño que han hecho a España, y a Cataluña, o a la mitad al menos de sus propios convecinos, más bien parecen estar esperando un premio.  

Mientras tanto, los españoles en su inmensa mayoría, no somos conscientes de a dónde nos puede llevar la desafección vasco-catalana, que les ha llevado a repudiar la patria española, y quieren sacudirse de ella, y crear la suya propia, a costa de la de todos, que es desde los siglos soberana de todas las tierras incluso las que pretenden separarse, y que para mayor claridad, lo deja el referéndum constitucional de 1978, donde se ratifica la indisolubilidad de España respaldada con la mayoría absoluta de todos los españoles, incluso vascos y catalanes, y a todo esto sin tener en cuenta, que sin el mercado español hoy por hoy y me temo que mañana también, y por muchos años aún, no podrían sobrevivir las industrias vasco-catalanas.

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