Los pitufos han empezado las vacaciones, pero su curiosidad sigue intacta. Estaba mi suegro viendo las noticias cuando salió la polémica en la Eurocopa por la bandera LGTBI y el brazalete arcoíris que lucía el capitán alemán Neuer.
- «¿De qué es esa bandera de colores?», preguntó el pequeño.
Mi marido y yo nos miramos, a ver quién le contestaba, porque sabíamos que no quedaría todo en una simple respuesta.
- «La bandera del arcoíris representa el respeto por todas las personas, sean como sean y quieran a quien quieran; por ejemplo, papá y mamá nos queremos, y somos un chico y una chica; Pere y Dimas se quieren, y son dos chicos; las mamás del amiguito de la clase de tu hermana se quieren, y son dos chicas. ¿Entiendes?», acabé preguntando al tiempo que para adentro me decía a mí misma «que lo entienda, por favor».
- «Sí, pero ¿por qué no dejan que se ilumine el estadio de colores?», insistió.
- «Bueno, hay gente que no respeta a los demás, y a veces les quieren hacer daño, y eso no está bien porque todos somos iguales, seamos blancos o negros, o nos guste un chico o una chica».
La Federación pone el grito en el cielo reclamando vacunas a los jugadores, pero no es valiente para lucir el brazalete LGTBI
- «¿Y entonces por qué dicen que Busquets no va a llevar la bandera?».
Busqué auxilio con la mirada a mi marido, pero su cara me decía que la culpa era mía por haberme metido en este jardín.
- «Pues eso no lo sé, hijo», afirmé derrotada cuando lo que querría era haberle dicho que la Federación Española pone el grito en el cielo cuando no se ponen las vacunas contra el covid a los jugadores, pero carece del mismo empuje y determinación cuando se trata de salir al campo con el brazalete arcoíris.
Y como esto no acaba aquí, al día siguiente el pitufo volvió a la carga: «¿Qué es aborto, mami?».
Estoy agotada, y solo llevan una semana de vacaciones.
