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Emilio Pérez Díaz

Agua que has de beber

Los tubos del trasvase Tajo-Segura.

El 24 de enero de 2018 este diario publicó mi carta titulada “El agua y su color político, una vez más”. En ella hacía mención a las multitudinarias manifestaciones de agricultores por las calles de Alicante y Murcia contra las medidas adoptadas por el gobierno de Zapatero respecto al trasvase del Ebro y al cambio de toma del agua en el del Júcar-Vinalopó, así como a las promesas vertidas por políticos de la derecha respecto a que anularían esas decisiones socialistas en cuanto ellos volvieran al poder. Y terminaba mi escrito preguntándome por qué no se programaban también manifestaciones contra Rajoy, que llevaba ya gobernando siete años, desde 2011, y de lo prometido “tararí que te ví”. Pues bien, la respuesta me está llegando estos días a través de lo que dicen distintos políticos del PP y asociaciones agrarias, entre ellas Asaja Alicante. Y es muy sencilla, clara y sin duda también, totalmente predictible. Que hay quienes se manifiestan pidiendo agua solo cuando no están en el gobierno quienes ellos desean. Y para afianzarnos en la idea de que esto es así creo suficiente remitirnos a lo que hace escasas fechas decían en este mismo medio dos acreditados periodistas de su plantilla como son Juan R. Gil y F.J. Benito. El primero no tuvo pelos en la pluma para contarnos que José Ciscar, siendo presidente del PP alicantino, vicepresidente de la Generalitat y conseller de Agricultura permitió tranquilamente que María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, cometiera los abusos que quisiera en el tema del agua a cambio de que este le dejara a él las manos libres para manejar las listas electorales a su antojo. Y F.J. Benito aludió al sepulcral silencio que guardaron PP, regantes y hasta el Lucero del Alba cuando una ministra de Rajoy elevó de un plumazo el caudal ecológico de la cabecera del Tajo de 240 a nada menos que 400 hectómetros cúbicos, así, como quien no quiere la cosa. Y tras todo esto, ahora se nos dice que éste negro panorama que se cierne sobre nuestra tierra no cesará mientras la mano negra del PSOE esté en el gobierno de España. Punto redondo.

Pues bien, en contra de la opinión de quienes así opinan se encuentra la mía, la de un ciudadano que paga sus impuestos para mantener todo el circo, y que la expreso con total libertad, la que me permite el no ser sujeto, pasivo ni activo, de disciplina partidista alguna toda vez que no milito en ningún partido. En ese sentido manifiesto que de todo lo que he leído y escuchado sobre el Tajo-Segura me quedo con la contundente frase de Mariola Sabuco, que en una de sus columnas en este periódico decía recientemente: Si en lugar del Tajo-Segura se hubiera tratado del Tajo- Júcar seguro que estaríamos en otra situación. Es difícil decir tanto y tan bien con tan pocas palabras.

De los aproximadamente cuarenta años de funcionamiento de nuestra Generalitat a partir de la Constitución del 78, podemos decir que el gobierno de la misma lo han ostentado PP y PSOE casi al cincuenta por ciento y pese a ello, la única agua que nos llega de fuera sigue siendo la de un trasvase que nos guste recordarlo ó no, se aprobó, se inició y se ejecutó en su mayor parte durante la dictadura, habiendo intervenido la democracia en la inauguración por parte de un ministro de la UCD. Por tanto, está claro que PP y PSOE no pueden repicar campanas ni sacar pecho en este asunto. Y por lo que se refiere al Júcar-Vinalopó, esa monumental chapuza que nos ha costado 400 millones de euros, veinte de ellos invertidos en un embalse inservible por “rajao”, me gustaría saber por boca de políticos, regantes y agricultores que gritan ahora por las esquinas pidiendo agua, quién entienden ellos que son los verdaderos responsables de tan tremendo desaguisado y si creen que todo el problema en su conjunto, Tajo-Segura y Júcar Vinalopó se puede reducir a echar de la Moncloa a Sánchez y los suyos. Si algún ingenuo todavía cree que se pueden simplificar estas cuestiones hasta tal extremo, baste recordar que España ha estado gobernada por el PP quince años, ocho Aznar y siete Rajoy, y los mismos han coincidido además con veinte años de PP en la Comunidad Valenciana y Murcia, la mayoría de ellos con mayoría absoluta. Y ¿cuánta agua nos han traído? Pero en fin, parece ser que la solución global que algunos plantean para éste asunto tan serio radica en eliminar una mano negra del PSOE sobre el gobierno de la nación. De lo que se deduce que en tanto no nos centremos sólo en la sed de las personas y la tierra, dejando a un lado la legítima, pero en este caso inoportuna ansia por conseguir votos, utilizando como arma arrojadiza un tema tan preocupante como este, lo seguiremos teniendo muy crudo. Por tanto, que Dios nos pille confesados y con el estómago y la mochila llenos de agua.

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