El pleno del Ayuntamiento, celebrado el pasado 28 de junio, aprobó provisionalmente una modificación estructural puntual del Plan General de 1998 para posibilitar una ampliación, de casi 600.000 m2, del Parque Industrial de Torrellano.
Es una decisión importante y largamente esperada. Recordemos que dicha ampliación viene tramitándose desde hace varios años, y aún le queda bastante recorrido para que sea una realidad, con el consiguiente perjuicio al municipio que no puede ofrecer más y mejor suelo para la instalación de actividades que generen empleo. Esta situación, que no es nueva en este tipo de trámites, justifica sobradamente las quejas del equipo de gobierno por la lentitud del proceso. Aunque también es cierto que, a la tradicional y lenta gestión burocrática de la administración se le une, en muchas ocasiones, una falta de impulso y seguimiento que es una lacra bien asentada en todos los escalones de los poderes públicos, sea cual sea el partido que los gestione.
La modificación del PGOU que se comenta pone de actualidad, de nuevo, el hecho de que el actual Plan es el mismo que aprobó el Ayuntamiento en 1997. Hace 24 años. Decir que está desfasado se queda corto. Mucho ha cambiado Elx en estos años y mucho han cambiado las normativas autonómicas y estatales en el tema, y aquí seguimos como si no pasara nada. Todos los equipos de gobierno que han pasado han prometido su revisión, incluido el del PP, que votó en contra en su día y que se fue dejando el mismo Plan que se encontró. Seguimos igual. Tan sólo a últimos del pasado año el actual equipo de gobierno dio un paso significativo en el tema.
El pasado mes de diciembre se expuso la consulta pública previa de su revisión, a efectos de que la ciudadanía presentara sus aportaciones. Ante la escasa participación, el Ayuntamiento tuvo que ampliar el plazo hasta el pasado uno de febrero. Transcurridos cinco meses no se ha vuelto a tener noticias del tema. La LOTUP, en su art. 49.2 bis, dice: «La consulta pública previa tendrá efectos administrativos internos, preparatorios de la redacción del plan, y dará lugar a la obligación de elaborar un informe de respuesta conjunta a las aportaciones recibidas. Deberá incorporarse al expediente el resultado de la consulta, con indicación del número de participantes, número de opiniones emitidas y el informe de respuesta». Se supone que así se habrá tramitado, aunque llama la atención que no se haya informado públicamente del resultado de la consulta, ni se hayan anunciado nuevos pasos en el tema.
Con los antecedentes que el asunto tiene en el Ayuntamiento, sería lamentable que quedara, otra vez, en el cajón del olvido. Es cierto que es un tema complejo y delicado y que su tramitación es difícil. Pero Elx necesita otro PGOU más actualizado para seguir creciendo y hacerlo mejor. La LOTUP, art. 22,2, dice: «El plan definirá al menos los siguientes umbrales, con referencia a tres escenarios, con un horizonte a cuatro, diez y veinte años». Aquí los hemos superado todos, y los que nos quedan, y seguimos con nuestro Plan de 1998. Muy difícil de explicar la situación.
Y, además, hasta se podría decir que haciendo una política urbanística que, en muchos casos, se podría definir como «a la carta». La aprobada este lunes pasado en el pleno es una muestra más: legítima, necesaria y conveniente, pero no deja de ser un parche al PGOU vigente. Y llama la atención que así llevemos más de 100 modificaciones puntuales, de normativa, etc. Se está haciendo una revisión «a trocitos» y «en diferido», y lo que corresponde es una revisión global de todo el PGOU y con las debidas garantías de transparencia y participación ciudadana necesarias, en vez de tanto parcheo.
Animemos al Ayuntamiento a que asuma el reto de facilitar que Elx pueda disponer de un nuevo PGOU como se merece, después de 24 años del actual.
