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Antonio Balibrea

El mundo por de dentro

Antonio Balibrea

Hacia la, imprescindible, nueva industrialización

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen Olivier Hoslet / EFE

La crisis financiera de 2007 “se trasladó a la economía real y entró en una recesión aguda con el aumento del desempleo, el cierre de empresas y el incremento de la capacidad ociosa en muchas de las que sobrevivieron”. El crecimiento económico que había antes de la crisis sustentado básicamente en la expansión financiera e inmobiliaria se frenó bruscamente”. “La salida de la Gran Recesión fue inestable y con un importante incremento de la desigualdad entre las clases sociales y de la precariedad del trabajo. La pobreza y la malnutrición aumentaron. Los recortes presupuestarios supusieron disminuciones en las partidas de sanidad, educación y políticas sociales. La crisis no supuso nuevas oportunidades ni permitió una recuperación creativa, sino que se basó en hacer lo mismo que se hacía antes de la crisis”. Era la “recuperación” de Rajoy. “Uno de los problemas más importantes se debe a las debilidades de la industria y a la insuficiente inversión en I+D”. Este es el diagnóstico de Carlos Berzosa, catedrático emérito de la Complutense (Hacia la reorientación del modelo productivo de la economía española. Economistas Sin Fronteras. Nº 40.).

A finales del año pasado el Círculo de Empresarios establecía 14 prioridades para el nuevo modelo productivo español. El Instituto Elcano presentó un plan de “Transformación económica para España” con la sugerente interrogante, “¿Recuperación o metamorfosis?”. Prácticamente todos coinciden en que tras el coronavirus hay que acelerar la transición digital y energética, para crear empleo, aumentar la productividad y modernizar nuestra economía siguiendo los cuatro ejes que ha establecido la Unión Europea (digitalización, sostenibilidad, inclusión e internacionalización). La coincidencia es prácticamente general en que la recuperación no debe seguir el modelo anterior, cómo se hizo tras la crisis de 2007.

La Comisión Europea pretende que la recuperación se base en abordar y resolver las dependencias estratégicas. "Revisiones en profundidad de áreas estratégicas para los intereses de Europa", presenta los resultados de seis exámenes sobre: materias primas, baterías, los ingredientes farmacéuticos activos, hidrógeno, semiconductores y tecnologías de computación en “la nube y en el borde”. La financiación europea y la reindustrialización española deberá entrar en estas líneas.

Materias primas: hay 30 materias primas críticas de gran importancia económica y de alto riesgo de suministro para determinados sectores y tecnologías. El 98% de las “tierras raras” que recibe la Unión Europea proceden de China, otro 98 % de borato proviene de Turquía y otras tierras raras como cobalto, estroncio, tungsteno, hafnio, o platino proceden de otros países. En este como en otros apartados la Comisión ha promovido una Alianza Europea de Materias Primas para asegurar un suministro sostenido y diversificado.

En ingredientes farmacéuticos activos (API) hay una tendencia creciente a la concentración en India y China Tras la experiencia con alguna farmacéutica -el API de Astra Zéneca es británico- la Comisión ha puesto en marcha la Estrategia Farmacéutica para Europa.

Las baterías de litio (Li-ion) es un elemento clave para la producción global de celdas de baterías de iones de litio. Producimos el 1% de las materias primas para baterías, pero para 2030 necesitaríamos 18 veces más. Por eso la Comisión ha lanzado la Alianza Europea de Baterías qué pretende establecer cadenas de valor europeas para construir al menos 15 giga fábricas más, para 2025, para poder alimentar seis millones de coches eléctricos. Triplicando en 10 años la capacidad de producción en porcentaje mundial.

El hidrógeno será básico para industrias químicas, de refinación, movilidad, almacenamiento energía, y para el transporte pesado en general. Hasta 2024 la Comisión apoyara el establecimiento de electrolizadores de hidrógeno renovable de hasta un millón de toneladas de hidrógeno. Pasando de un gigavatio actual a 6 en 2024 y llegar a 40 GW en 2030 para eso plantea una Alianza Europea de Hidrógeno Limpio y el lanzamiento de uno o más importantes proyectos de interés común europeo (IPCEI).

La escasez de chip semiconductores con que se enfrenta la industria el automóvil ha obligado a suspender la producción, en algunos casos. Son los componentes básicos de todos los productos y servicios digitales. Están en automóviles, aviones, equipos médicos, móviles, redes y ordenadores. Europa depende en gran medida de los Estados Unidos para las herramientas de diseño general y de Asia para la fabricación avanzada el 20% de los planes europeos de recuperación deberían invertirse en la recuperación digital.

España tiene recursos minerales, naturales y personales- y financieros, de la Unión, para invertir en I+D y estar en esas áreas estratégicas. Es imprescindible una nueva industrialización.

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