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Historia de la foto que simbolizó el fin de la II Guerra Mundial

Cuando se habla de la II Guerra Mundial siempre se hace sobre los mismos temas: Invasión de Polonia, bombardeos de Londres o Dresde, desembarco de Normandía, batalla de Stalingrado, Pearl Harbour, resistencia francesa y por supuesto, el Holocausto. Pero hay otras historias menos conocidas que también merecen ser contadas.

Damos por sentado que los grandes vencedores fueron EE.UU y el Reino Unido, a los que podría unirse Francia. Y sí, lo fueron por la fuerza de las armas, pero la gran vencedora moral fue un pequeño país bañado por el Mar del Norte e invadido por los nazis casi desde el principio de la contienda. Si os digo que es conocido por poseer la sirena más famosa del mundo ya sabréis a cuál me estoy refiriendo. Efectivamente, Dinamarca.

Alemania la invadió el 9 abril 1940 y ocupó el país hasta la derrota nazi en mayo 1945.

El 29 septiembre 1943 se tuvo información de que en pocos días la Gestapo iría casa por casa arrestando a todos los judíos daneses. Lo que pasó a continuación es una historia maravillosa de resistencia.

En pocas semanas toda la población civil creó una red subterránea que logró que unos 8000 judíos fuesen sacados del país en pequeñas embarcaciones y puestos a salvo en la neutral Suecia. Previamente los habían tenido dispersos en casas privadas, hospitales o cualquier lugar donde pudiesen esconderlos. Tan "sólo" unos 200 fueron capturados, la mayoría porque no quisieron dejar sus casas.

Incluso el propio rey, Cristian X, desafió a los nazis negándose a colaborar con ellos y visitando la sinagoga de Copenhague en solidaridad con la población judía.

En un tiempo donde las personas eran víctimas, verdugos o simples espectadores, los daneses demostraron que era posible hacer algo y se negaron a ver a una minoría como "los otros", porque los otros somos todos. Mientras que el mal y el miedo se apoderaban de Europa, mientras que permanecer siendo humano era todo un desafío, el pueblo danés lo consiguió y fue el único que pudo salvar a su población judía. No vencieron con las armas, pero lo hicieron con la fuerza de la razón y la justicia.

Cuando se ha querido rendir homenaje a estos héroes anónimos, los pocos que aún viven han respondido lo mismo: "Hicimos lo que hicimos". Como si fuese lo más obvio, como si no comprendiesen tanto asombro por sus acciones.

En aquel tiempo el pueblo danés simbolizó la esperanza, la bondad en un mundo enloquecido.

Y pienso que lo sigue simbolizando. Demuestra que, cuando quiere, el ser humano es capaz de las acciones más extraordinarias. Que no hay que mirar hacia otro lado porque no tenga que ver con nosotros, porque no es nuestra comunidad, nuestro status o nuestro país. Lo que le sucede a cualquier ser humano, hombre o mujer, niño o anciano, pobre o rico, personas sin hogar, de cualquier país, de cualquier raza, ideología o religión, es asunto de todos porque nada humano debe sernos ajeno y porque corremos el riesgo de que cuando necesitemos ayuda nadie acuda en nuestro socorro porque tan sólo somos "los otros".

Probablemente fue cara y cruz de la ocupación de Dinamarca ya que también hubo daneses que se alistaron en las SS luchando a favor de los nazis. No sé del todo si es historia o hay también leyenda pero lo cierto es que necesito seguir creyendo en el ser humano. Más, en estos tiempos en los que tenemos tendencia a cerrarnos en nosotros mismos. De lo contrario preferiría dejar de estar en este mundo tan sórdido y mezquino en muchas ocasiones. Necesito seguir creyendo que existe belleza y bondad donde menos lo imaginamos, dentro del mismo horror.

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