Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rafael Simón Gil

El lujoso encanto de la burguesía

Obama cumple 60 años con una gran fiesta y un libro en camino

En pleno ecuador del siempre horroroso mes de agosto soportando altas temperaturas y otros desastres que ya soportábamos hace sesenta, setenta u ochenta años (la temperatura máxima absoluta de Madrid, de 44´3 grados, se tiene registrada el 31 de julio de 1878, cuando no había coches; en Nueva York, el huracán de 1938, el más intenso registrado, mató a 700 personas; entre hace 5.000 y 10.000 años, el desierto del Sahara era una región de sabanas y praderas frondosas. Por cierto, la dictadura comunista china, tan del gusto de nuestra gauche divine y la ultraizquierda gubernamental, sigue siendo el país del mundo que más contamina); azotados por el cambio climático que hace cuarenta o cincuenta años decía que el Mediterráneo se secaba irremediablemente y ahora anuncia que, al contrario, inundará cientos de sus ciudades ribereñas; en plena quinta ola de pandemia a la espera de la sexta (no confundir con la TV más plural de España y segunda de Cataluña tras TV3), pese a que nuestras autoridades anunciaban una y otra vez que habíamos vencido al virus; humedecidos en la cándida adolescencia de quien contempla el devenir de la sociedad con la misma sinóptica nostalgia que suscitan los cantantes españoles en Eurovisión; y predicando en plena canícula biliar, armados de tosca sotana y suave cilicio, el fin del mundo conocido; con esos datos, mes amis, referiré alguna que otra noticia del corazón conocedor de lo aficionados que son ustedes dos a esos refrescantes cubitos de hielo burgués.

Resulta que el presidente Barack Obama (en USA se es presidente hasta la muerte) pretendía celebrar su 60 cumpleaños en la mansión familiar de uno de los lugares más exclusivos yankees, una residencia (Obama´s residence) de más de 13 millones de dólares. Los invitados, en plena pandemia, rondaban los 600, sin contar empleados, guardaespaldas, chóferes, cocineras, camareros y personal de protocolo. No diré yo que Barack no se merece eso y mucho más, tratándose, como es el caso, de un demócrata de toda la vida y que toda la vida ha luchado denodadamente porque la diferencia entre ricos y pobres USA sea cada vez menos visible. No seré yo quien niegue a Obama, a su muy inteligente esposa Michelle y a sus adorables hijas Malia Ann y Natasha, el derecho a disfrutar de los 60 años en la más estricta intimidad de una cadena de hamburguesas, como hace la mayoría del pueblo; ni tampoco pondré en duda el derecho de Obama (Obama´s rigth) a disfrutar de una tan entrañable y exclusiva fiesta de millones de dólares. No. Lo que me ha hecho sufrir en la más estricta intimidad, como español periférico y demócrata vicario USA, es el hecho de que entre la lista de invitados no estuviera la familia Zapatero, máxime, teniendo en cuenta la gótica y entrañable fotografía que se hicieron hace unos años ambas estirpes en el ala este de la Casa Blanca. Unforgiven, Eastwood.

Pero al no ser yo quien ose poner en duda el inalienable derecho de todo buen pequeñoburgués a gozar de los placeres exclusivos reservados a los profetas inclusivos, inclusive Obama (y digo inclusivos porque hay gente que se pasa la vida hablando constantemente de inclusión y vive la vida de la forma más exclusiva posible: una mansión de 13 millones de dólares o un chalet en la sierra madrileña de un millón de euros suena a todo menos inclusivo), solo haré una somera referencia a las enseñanzas que podría haber adquirido la familia Obama (qué inteligente… Michelle, of course) de algunas de las propuestas que el gran amigo del amigo de Obama (Zapatero), @sanchezcastejon, tienen preparadas en España para sus súbditos. Como se trata de progresar adecuadamente, Obama habría llegado a presidente de EEUU no solo suspendiendo ocho asignaturas, como en España, sino estudiando Matemáticas con el moderno método inventado por el gobierno @sanchezcastejon del enfoque “socioemocional” y las “Matemáticas desde la perspectiva de género”. Quiero imaginar, sin ánimo exhaustivo, que los números “primos” tendrán “númeras primas”; que las “derivadas” se unirán con los “derivados”; que a las “hipotenusas” les saldrán hermanos “hipotenusos”; y que desaparecerá el Óptimo de Pareto (ya saben: no es posible beneficiar a una persona sin perjudicar a otra) porque crea graves problemas socioemocionales. Para firmar una tesis doctoral en Matemáticas no solo hará falta plagiar otras anteriores, lo cual ya es un mérito para subir nota, sino que será necesario aplicarle la perspectiva de género en el ámbito socioemocional.

Y viene ello al caso por la polinómica (de matemáticas) fiesta que anunciaron los Obama en uno de los lugares más exclusivos USA. ¿Cuántos amigos y amigas pobres estaban en el lista de invitados? ¿Cuántos inmigrantes venidos allende la frontera de México (excluido el personal friegaplatos) estaban llamados a compartir con los inclusivos Obama sus 60 años de gloria? ¿Cuántos de sus ilustres invitados viajaban en aviones privados e imponentes limusinas contribuyendo con ello a que en Alicante tengamos estas temperaturas? De haber estudiado las matemáticas correctamente habría sido fácil dar con la respuesta, pero he preguntado a Pitágoras de Samos y a su primo lejano Leonhard Euler, y ambos están castigados, sin recreo, por no haber sido lo suficientemente socioemocionales para resolver, desde una perspectiva de género, el llamado “dilema de Obama”. ¿Se puede ser inclusivo siendo tan exclusivo)? A más ver.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats