Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vicente Magro Servet

A iniciar la recuperación con ganas y fuerzas

Nadie se imaginaba que este verano iba a ser igual o peor que el del año pasado. Era impensable que tuviéramos que seguir llevando mascarilla y con medidas de seguridad iguales que cuando se alzó el confinamiento

Varias dosis de la vacuna de Pfizer en el dispositivo puesto en marcha para vacunar contra el coronavirus

 Ya tenemos ahí el inicio de un nuevo curso en todos los aspectos y niveles. Porque el próximo día 31 de agosto supone el fin del verano y, también, psicológicamente, el inicio del nuevo periodo en todos los órdenes de nuestra vida. Pero esta vez con una carga diferencial relevante a lo que ha sido otros años atrás por muchas y variadas razones.

El pasado año salíamos por estas fechas de una carga emocional y psicológica importante que nadie había vivido, como lo fue estar tres meses encerrados en nuestras casas sin poder salir, y con negocios que tuvieron que cerrar al no poder soportar el tremendo daño, no solo sanitario, sino, también, económico, que dejó el coronavirus. Sí que es cierto, sin embargo, que se pensó en ese momento que el fin estaba más cerca y solo se ponían las miras en esas previsiones que se hacían de que iniciado con el comienzo del año 2021 el proceso de vacunación este drama se habría terminado y pasaríamos a ver el virus como una victoria ganada.

Estaba claro que nadie se imaginaba que, por aquellas fechas, el verano siguiente que ahora termina iba a ser igual o peor que el del año pasado. Era absolutamente impensable que tuviéramos que seguir llevando la mascarilla (que ha venido para quedarse, no lo olvidemos) y con restricciones de acceso en muchos sitios y con medidas de seguridad iguales que las adoptadas cuando se alzó el confinamiento. Es indudable que se pensó que el final de todo esto estaba cerca, y eso daba fuerzas para hacer un esfuerzo. Sin embargo, el “tsunami” continuo de olas y olas nos ha demostrado que este bicho es resistente y que no se va a ir tan fácilmente, porque pese al elevado proceso de vacunación que llevamos está ahí presente cada día que nos levantamos y que nos obliga a seguir actuando sin descuidos. Y con prudencia y precauciones para evitar que nos pille.

Aun así, sí que es cierto que se ha visto que la sociedad, los que quieren sacar esto adelante, no los que ponen piedras y ruedas en el camino para evitar que avancemos, es consciente de que esto es un trabajo de todos, y en la economía se ve, poco a poco, que la gente está empezando a abrir negocios, y se están dando pasos al frente para coger este toro por los cuernos y vencerlo, tanto desde el punto de vista sanitario, como desde la economía.

Se va a demostrar, y se está demostrando, que este es un país con gente que sabe y quiere salir de los problemas y decidida a colaborar para que el coronavirus no haga su trabajo y venza esta batalla. Porque se trata de una batalla. No solo física, sino, también, psicológica para ver si puede más él o nosotros. Y aunque se trate de un enemigo resistente y feroz más lo son los que integramos esta sociedad en la medida en que hay más que saben y quieren resolver este problema que los que están jugando el partido en el equipo del virus.

Cierto y verdad es que a la hora de tomar decisiones hay que seguir mirando de reojo al coronavirus y valorar y atender sus mutaciones, así como que los científicos sigan dando pasos al frente para averiguar cómo curar a los infectados y cómo seguir avanzando para mejorar el proceso de vacunación y conseguir vacunas eficaces frente a las distintas mutaciones, igual que se han ganado batallas frente a otras graves enfermedades. Y ello, en la medida en la que, si los científicos son capaces de seguir adelante en los descubrimientos médicos, la sociedad estará más y mejor armada para seguir continuar en su proceso de recuperación económica.

Así, esta decisión y valentía de muchos ciudadanos de abrir negocios, y de avanzar en líneas de desarrollo y progreso en todos los sectores demuestra que hay una sociedad que no se arruga ante estos problemas y que en los miembros que la integran hay muchos más que miran a los problemas con el desafío de hacerles frente. Pero para ello necesitamos el empuje y apoyo de cuantos más mejor y sin fisuras. Todo ello, pese a que existan algunos que desoigan la necesidad de hacer equipo.

Por ello, es el momento de aunar esfuerzos, de ser fuertes ante esta adversidad y de encauzar los esfuerzos hacia el objetivo común que siempre hemos tenido de mirar al enemigo de cara y saber cómo hacerle frente, para lo que no hay otra forma que con espíritu de sacrificio, disciplina, voluntad y esfuerzo personal y colectivo.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats