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Vicente Magro Servet

¿Síndrome postvacacional?

Un 30 por ciento de los españoles sufre síndrome postvacacional INFORMACIÓN

Todos los años, el mes de Septiembre nos suele traer dos cosas que van seguras como unidas a cada finalización del periodo vacacional del Verano que son: las odiadas DANAS que se nos presentan como las desgraciadamente conocidas en nuestra zona como las tradicionales riadas, y que tanto daño han producido en nuestras comarcas, y lo que se denomina el síndrome postvacacional. Sí, esa especie de rechazo del subconsciente al regreso a la actividad laboral que la mayoría de los ciudadanos reinician tras haber disfrutado de sus vacaciones del mes de Agosto, que es el mes vacacional por excelencia. Aunque cierto y verdad algunos las toman en julio y otros en Septiembre dependiendo de la distribución interna del periodo vacacional en cada sector.

Sin embargo, muchos no hemos entendido realmente las razones exactas de ese extraño síndrome, porque no hay nada más preciado hoy en día, aparte de la salud, que el desempeño de una actividad laboral en la que poder realizarse, dar cada uno lo mejor de sí, y, obviamente, tener un medio con el que ganarse la vida. Y hoy en día más aún por las consecuencias económicas que ha producido el coronavirus que ha destrozado muchos puestos de trabajo y ha impedido que muchas personas que, allá por el mes de Marzo de 2020, tenían puestas sus esperanzas de encontrar una actividad laboral no han podido hacerlo.

Resulta evidente que a algunos les pueda dar una cierta pereza que llegue el día en el que se acaben esos días sin horarios de las vacaciones en las que se ha podido hacer lo que uno ha querido sin mirar el reloj, y sin la tensión propia de una jornada de trabajo. Pero para evitar ese dolor que a algunas personas les puede provocar el regreso a la actividad laboral es posible prepararse días antes, o bien no dejar del todo de no hacer nada, y, en la medida de lo posible, avanzar algunas cosas que tuvieran pendientes para el último cuatrimestre del año, para que, luego, esa actividad no sea tan estresante al haber avanzado en temas pendientes, lo que también sirve como entretenimiento entre tantos días enteros vacacionales. También existen otras muchas fórmulas, como leer esos libros que no se pueden leer durante el año, o avanzar en conocer materias y temas en los que no tenemos tiempo cuando estamos metidos de lleno durante la época laboral.

Pero lo que es más evidente es la preparación psicológica de asumir que quien tiene un trabajo al que se puede incorporar supone, hoy en día, disponer de un bien muy apreciado del que muchísimas personas no disponen ni tienen expectativas de hacerlo como no cambie esta situación. Por ello, quejarse del regreso al trabajo no es justo tal y como está la actual situación de paro, de personas que han tenido que cerrar sus negocios, despedir a sus empleados, de locales que tuvieron que cerrar tras el confinamiento y que luego ya no pudieron abrir, y de personas que tenían esperanzas de encontrar un trabajo y las perdieron por completo y siguen esperando todavía dónde y cómo acceder al mercado laboral. Y si esto es una realidad en personas adultas, imagínense la situación de los jóvenes que han tenido una formación, que se han preparado para el mercado laboral que han estudiado una carrera, realizado su Máster correspondiente, y, sin embargo, no hay hueco ni lugar para ellos en el mercado laboral, porque si no lo hay para quienes tienen experiencia, qué habrá para no la han podido demostrar. Por ello, frente a la diversión que algunos amparan hay que fijarse en que por encima de ello está la búsqueda y preparación laboral para el día del presente y del mañana.

Por ello, sobre todas estas razones, habría que reflexionar antes de pensar en la “pereza” que puede darles a algunas personas regresar a un trabajo y que otros muchos pudieran desear tener ese “problema”. Y es que, al final, no somos conscientes de la suerte que tenemos de disfrutar de muchas cosas que otras personas no imaginan poder disponer y que anhelan por encima de todas las cosas, como es el desempeño de un trabajo en el que poder demostrar que son capaces de dar todo lo que tienen dentro y sin quejas por tener que acudir cada mañana a realizarlo y hacerlo bien.

No puede haber, en consecuencia, “síndrome postvacacional”. Y menos ahora mismo en el que necesitamos toda la energía posible de todos los que tienen un puesto de trabajo para que la economía pueda recuperarse lo antes posible, a fin de que quienes no disponen de ese puesto de trabajo puedan acceder al mercado laboral lo antes posible y revertir el camino de caos al que nos intentó llevar ese maldito virus que cambió nuestras vidas en el 2020.

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