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Antonio Sempere

La mala suerte de À Punt

Archivo - Imagen de una televisión

Cuando À Punt realiza un buen trabajo hay que reconocérselo. El seguimiento de las fiestas falleras del 1 al 5 de septiembre ha demostrado la calidad de sus profesionales. La pena, como siempre, es que éste no se haya reflejado en sus audiencias. Máxime en dos noches clave, la de la Plantà y la Cremà. En ambos casos hay que reconocer la mala suerte y las circunstancias que rodearon las transmisiones. La Nit de la Cremà fue más seguida por los valencianos en La 1 que en el canal autonómico. Lógico. No olvidemos que como telonero figuraba un partido de fútbol clasificatorio de la selección española, en el que los primeros goles fueron marcados por valencianos. A pesar de que la transmisión de la Cremà de La 1 (de 35 minutos) fue mucho más fría y esclerotizada que la de À Punt, con unos Máximo Huerta y Ferrán Cano mucho más relajados, el partido les hizo daño. A nivel nacional, el momento en que ardió la Meditadora fue visto por más de un millón de espectadores. Mucho peor fue lo que ocurrió la noche de la Plantà. Una noche de verdad épica en la que se vivió la crónica de una Dana anunciada, y donde À Punt echó el resto. Por desgracia, la propia tormenta que afectó al área metropolitana de València dejó sin señal televisiva a todos sus habitantes, que no pudieron vivir en directo esos instantes angustiosos en los que caía el diluvio universal y el viento huracanado movía los monumentos falleros. El corte se prolongó por espacio de algo más de media hora, lo que provocó la desconexión de la audiencia natural. Los alicantinos, que debían haber seguido sin pestañear ese momento histórico, no lo hicieron. Una pena.

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