Qué decepcionante lo que está ocurriendo con la cultura en la televisión. Fue Jesús Quintero el que, hace más de dos décadas, dijo que el medio había sido tomado por los mercaderes. La cuestión es el canal Premium de TVE, La 1, el dirigido al gran público, el que tiene relevancia, no cuenta con un solo espacio de entrevistas, con un formato que se desarrolle en un plató, al que puedan ir a expresarse, a conversar, a departir amablemente con un profesional de la casa, cualquiera de nuestros hombres y mujeres dedicados a las disciplinas culturales y artísticas.
¿Cómo es posible que ni La 1 ni La 2 dispongan de un programa donde Fernando Aramburu, autor de Patria y Los vencejos, pudiese acudir a charlar durante media hora sobre tantísimas cuestiones que cabría plantearle? Y comenzando por la A de Aramburu podríamos establecer una larga lista de invitados inéditos.
Nunca la televisión ha estado tan mal como ahora. Nunca su rasero tan bajo. La 1 eliminó, muy mal hecho, sus formatos de sobremesa que ella misma había inventado, llamándose La tarde, Tal cual, hasta que llegó Hermida y en el suyo comenzó a introducir telenovelas.
Otro tanto ocurrió por las noches, en las nunca habían faltado un par de citas semanales con las entrevistas: Mercedes Milá, Julia Otero, Quintero (en La 1 Íñigo, Pablo Lizcaño, Pedro Ruiz), hasta que llegó Juan Ramón Lucas con En buena noche y realizó las últimas. Ahora Másterchef Celebrity, amén de ser el programa más caro de la televisión pública, se considera su icono. Todo un disparate.
Por eso desconfío de las palabras del nuevo director de Cultura de la casa, Ignacio Elguero, cuando dice que veremos programas culturales hasta en La 1. No me lo creo.
