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Doménec Ruiz Devesa

80 años del Manifiesto de Ventotene

80 años del Manifiesto de Ventotene

El domingo 29 de agosto de 2021 tuvo lugar un importante evento en la pequeña isla de Ventotene, frente al golfo de Nápoles, con ocasión del 80 aniversario de la redacción de un texto fundamental: “Por una Europa libre y unida. Proyecto de Manifiesto”, y que ha acabado siendo conocido por el nombre de la citada ínsula. Sus autores fueron Altiero Spinelli (ex comunista) y Ernesto Rossi (radical). Eugenio Colorni, socialista, hizo de editor y prologuista. Todos ellos se encontraban desterrados en Ventotene por su oposición al fascismo.

El Manifiesto fue escrito en 1941, poco antes de la invasión nazi de la Unión Soviética, es decir, cuando prácticamente toda Europa estaba controlada por Hitler. Pero Spinelli y Rossi tuvieron la visión de plantear, ya en aquel momento, y en el marco de sus debates con Colorni y la mujer de éste, Ursula Hirschmann, judía socialdemócrata alemana, una propuesta para superar la Europa de los nacionalismos en favor de la solución federal. Su análisis de las causas de la guerra, su predicción de que a la división ideológica se añadiría la dialéctica nacionalismo-europeísmo, y sus propuestas para la postguerra, que incluían un mercado común, una moneda única, y una unión política con su política exterior y fuerzas armadas propias, se difundieron como la pólvora por todos los círculos de la resistencia, lo que resultaría en la fundación de los movimientos por la federación europea, el decisivo Congreso de la Haya de 1948, y en última instancia la Declaración de Schuman de 1950 que propuso la Comunidad Europea del Carbón y del Acero como primer paso para el establecimiento de una “federación en Europa”.

Todavía hoy el espíritu del Manifiesto no ha perdido vigencia, también porque su aspiración federal no ha sido plenamente realizada. El Intergrupo Spinelli del Parlamento Europeo, al que me honro en pertenecer, mantiene viva la lucha por la completa federalización de nuestra Unión. Un objetivo que cada día se encuentra más justificado, ya sea por el cambio climático, la pandemia del coronavirus, o el desastre geopolítico que constituye la retirada de la OTAN de Afganistán a instancias de los Estados Unidos. Este último hecho refuerza la propuesta de la soberanía estratégica europea en materia de seguridad y defensa, como recordó en Ventotene el propio Alto Representante Josep Borrell, concretamente mediante la constitución de una fuerza de reacción rápida, entre otras medidas, que pueda actuar de manera autónoma respecto de Washington.

Acudieron también a la isla en tal fecha Sergio Mattarella, presidente de la República Italiana, que recordó los deberes de la Unión respecto a los refugiados afganos, Guy Verhofstadt, ex primer ministro de Bélgica, eurodiputado, y copresidente de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, foro que debe plantear para junio de 2022 una propuesta de refuerzo integral de nuestras instituciones y políticas comunes, Fabio Castaldo, vicepresidente del Parlamento Europeo, Brando Benifei, presidente del Intergrupo, y Sandro Gozi, presidente de la Unión de los Federalistas Europeos. Todos coincidieron en la necesidad de avanzar en la construcción europea para hacerla más útil a la ciudadanía desde el punto de vista de la gestión de los enormes retos transnacionales a los que nos enfrentamos, pero también para que nuestra Unión sea más eficaz y democrática, superando la paralizante regla (y cultura) de la unanimidad en el Consejo, donde se sientan los representantes de los gobiernos, y reforzando el papel del Parlamento Europeo, la institución directamente elegida por el voto popular.

Los aniversarios, celebraciones que reflejan la vertiente fetiche de la condición humana, no deben constituir un mero momento conmemorativo o de recuerdo, sino que son ocasiones para proyectar hacia el futuro un legado cultural y una visión política. De ahí que en mi propia intervención en la 40 edición del seminario sobre el federalismo en Europa y el mundo, establecido en la isla por el propio Spinelli, e inaugurado por las personalidades más arriba citadas, sugiriera evaluar el Manifiesto para identificar cuáles de sus propuestas han sido realizadas y cuales no (entre las segundas se encuentra sin duda la dimensión exterior y de seguridad), y actualizar el texto en lo que respecta a los nuevos desafíos que por razones históricas no fueron objeto de análisis en 1941: las migraciones, el cambio climático y la preservación de la biodiversidad, el desarrollo y la estabilidad del Mediterráneo y África, la digitalización, las pandemias y la nueva geopolítica mundial, entre otros.

El Manifiesto y su aniversario coincide también con el 40 Congreso del Partido Socialista, organización política federal y federalista española y europea, y que ya en su asamblea de Toulouse en 1948 propuso constituir los Estados Unidos de Europa. Por eso, celebro que la ponencia marco congresual, en su párrafo 2498 proponga que la denominación siglas, emblema y símbolo del Partido de los Socialistas Europeos acompañen a los del PSOE. Un grupo de militantes propondremos además que el artículo 2 de los Estatutos incluya en nuestros objetivos, junto a la superación de las desigualdades sociales, el de la Europa federal. Como se dijera en las últimas líneas de documento de Ventotene, “el camino que hay que recorrer no es fácil ni seguro, pero debe ser recorrido, y lo será”.

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