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Antonio Sempere

A vueltas con À punt

Archivo - Imagen de una televisión

Ha declarado a los medios Alfred Costa, el director general de À punt, que su espejo no es TV3 sino la ETB vasca, insistiendo en que él defiende un modelo atrevido con una rejilla plural. No dudo de sus intenciones. Y que quiera alejarse de la televisión que hizo Empar Marco.

Pero hay algo que Alfred Costa no puede hacer, por más que quiera. Y es cambiar el ADN de los servicios informativos de À Punt. El director general dice que su espejo no es TV3. De qué sirve que lo diga cuando la visión del territorio que tienen los que nos cuentan las noticias de À Punt lo hacen a la manera de TV3, fulminando las provincias y hablando solamente en código de comarcas. Por si fuera poco, deslizando a veces el término País Valencià donde debían decir Comunitat.

Lo de mirarse en la ETB vasca sería más que deseable. Pero hay un detalle que por más que quiera nunca va a poder cumplir Alfred Costa. La ETB emite con naturalidad un canal en euskera y otro en castellano. Ya quisiéramos ver por estos lares programas como el matinal En jake, de Xavier Lapitz, una tertulia de análisis de actualidad con un rigor y una amenidad en los invitados que ya quisieran para sí algunos programas nacionales. O De qué me estás hablando de Klaudio Landa vespertino. O los programas de cine presentados por Félix Linares. Mentar aquí el castellano es como mentar al diablo. ¡Pero si en À Punt no hay dinero ni para un programa matinal, si la parrilla matinal no existe, de qué estamos hablando…!

Mientras Alfred Costa tenga que aguantar que en su canal Torrevieja siga siendo Torrevella, lo tiene negrísimo.

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