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Antonio Sempere

El teleadicto

Antonio Sempere

El chico de Vox

Salvador y Araceli en First Dates CUATRO

El chico era de Vox, tenía 24 años y venía de Pilar de la Horadada. La chica, de 19 años, procedente de Elche, lucía una melena teñida de rojo. Él era agricultor; ella, estudiante de enfermería. Pero aquello era como mezclar agua con aceite.

El encuentro se produjo en First dates en 2019, antes de la pandemia, y se volvió a emitir el fin de semana, con muy buenos resultados de audiencia. A falta de otros programas donde se indague en la realidad de nuestra juventud, en cómo piensan, cómo viven, cuáles son sus horizontes y sus aspiraciones vitales, qué leen si es que leen, qué referentes les guían; a falta de otros programas donde se hurgue en todas esas cuestiones, resulta que First dates está realizando una fotografía de una generación.

De acuerdo que un equipo muy amplio de redactores y editores «manipulan» el material grabado. Pero no para adulterarlo, sino para depurarlo y extraer el máximo de jugo en el menor tiempo posible, reflejando con veracidad cómo son las personas que acuden a las citas. Un lugar donde no se ven las cámaras y en el que los convocados se abren con facilidad. Los hay de todas las edades, pero me interesan especialmente lo más jóvenes, puesto que la radiografía que se realiza de ellos es muy significativa. Insisto, mucho más real que la ofrecida en horrores como Mujeres, hombres y viceversa, o de refilón, en piezas de Telediario con motivo de los datos del paro de turno.

El chico de Vox y la chica de Elche reflejaron, por ejemplo, cuán diversas son las gentes de nuestra provincia, hasta en el acento, tratándose de habitantes de comarcas contiguas.

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