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Patricia Carrillo Sevilla

Turismo para el crecimiento inclusivo

La hostelería, clave para entender el turismo, ha atravesado un periodo muy difícil por las medidas implantadas para contener el virus.

Ahora bien, el relato tiene otras caras y otras voces que también han de ser escuchadas y atendidas

La conquista del relato frecuentemente anula la conquista por el sentido común.

Si hablamos de crecimiento económico a partir de unas mediciones de indicadores que excluyen magnitudes sociales, solamente agravamos los problemas estructurales que ni siquiera una pandemia ha podido combatir. Es por ello que, en este día, la celebración del Día Internacional del Turismo hay que situar en la agenda política y mediática una reivindicación que ha de servir para desnudar en qué se basa ese relato.

La hostelería, clave para entender el turismo, ha atravesado un periodo muy difícil por las medidas implantadas para contener el virus. Sin embargo, ante la posibilidad de establecer un relato en el que formaran parte de la solución, ha imperado agravar sus déficits estructurales. Como una gota malaya que permea en el discurso político, ha introducido todas sus proclamas y ha obtenido sustanciales refuerzos públicos. Extraordinaria su actuación.

Ahora bien, el relato tiene otras caras y otras voces que también han de ser escuchadas y atendidas.

Resultan evidentes los datos cuando se hace el ejercicio de comparar el mapa de las comarcas con las mayores tasas de pobreza con otro en el que se vean el número de empresas por sector y el peso de la contribución a la riqueza de esos sectores. En aquellos con prácticamente monocultivo del sector hostelero existe una clara correlación con los mayores índices de personas en riesgo de pobreza. En el ámbito que nos ocupa, la pobreza en las comarcas de las Marinas resulta insostenible socialmente. La pandemia avanza, a falta de datos más descentralizados, un incremento en el número de personas que no pueden atender sus necesidades básicas, a pesar de tener un trabajo.

La fractura de la crisis en el sector también ha reducido el periodo de vida media de las empresas (que ya era de los más cortos situándose en poco más de 3 años), pero también ha impactado en el incremento de las precariedades en la contratación reduciendo la contratación indefinida a jornada completa e incrementando la parcialidad no voluntaria. Y todo ello en un sector en el que el 66,01% de las empresas emplea entre 1 y 9 personas trabajadoras.

El relato imperante de salvemos la hostelería tiene otras caras, y no por darles voz implica demonizar el sector, sino señalar los problemas y articular propuestas que repercutan en la dignificación profesional del sector con unas condiciones de trabajo decente.

Trabajo decente implica unas condiciones que permitan el sustento de la vida, en condiciones de igualdad y equidad, con una negociación colectiva y libertad sindical que permita articular los conflictos, que ponga en valor, prioritariamente, la protección a la salud.

Con solamente un 20% de convenios colectivos vigentes en el Estado, con una pérdida importante de poder adquisitivo y con unas condiciones laborales estivales diabólicas en muchos casos, hablar de crecimiento inclusivo supone un dardo en la línea de flotación de las políticas empresariales y refuerzos de la Administración. Y no lo afirmamos nosotras, sino la Organización Mundial del Turismo en la elección de lemas y manifiestos que van en la dirección contraria a lo que se está ejercitando en nuestro territorio.

Todos estos elementos se ignoran en el relato, al igual que el ingente trabajo no declarado o las cargas de trabajo que atentan contra la salud de trabajadoras y trabajadores. Por eso, desde CCOO PV consideramos que la forma más adecuada para combatirlo con los medios disponibles ha de ser aunar, desde la pluralidad de opiniones, pero con objetivos comunes. Ahondar en la fragmentación solo sirve para que algunos y algunas se froten las manos en sus perversidades.

Desde luego que el liderazgo político también ha de replantear qué es lo que está haciendo, para qué y a quién beneficia. Para ello tiene mecanismos muy potentes a su alcance. Es el momento de evaluar el cumplimiento de la ley valenciana de turismo, ocio y hospitalidad. Revisen el cumplimiento de los objetivos y compromisos de la política turística y articulen los mecanismos de gobernanza.

Desde Servicios-CCOO PV instamos a que el diálogo social entre los agentes legitimados sea la solución para ello. Restaurar la vieja normalidad solo profundiza la irracionalidad de agravar los problemas estructurales, tanto en lo laboral como en el territorio y en el paisaje. La negación atenta contra el crecimiento inclusivo del que hoy, muchas y muchos, harán gala.

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