Durante los últimos años, se nos ha vendido que Distrito Digital era el proyecto estrella del jefe del Consell, Ximo Puig, en la provincia de Alicante. Un hub tecnológico que iba a propiciar el cambio del modelo productivo tradicional hacia la economía digital y que, en este tiempo, se ha convertido en un potente polo de atracción de empresas. Sin embargo, en la primera sesión del debate de política general, el presidente de la Generalitat hizo hincapié en la extensión de Distrito Digital a toda la Comunidad Valenciana. Una expansión que se traduce en un nuevo edificio en València ciudad; en una sede en todos los municipios de más de 50.000 habitantes, con presencia, además, en todas las comarcas; y en seis clústeres innovadores repartidos por Benidorm, Vega Baja, Gandia, València, Castelló y Morella. Por cuestiones obvias, si alguien está obligado a creer en eso de la vertebración y en la necesidad de coser el territorio somos los que vivimos al sur de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, a veces no nos lo ponen fácil. Está bien descentralizar, pero a ver si con tanta sede todo lo que se nos prometía con Distrito Digital va a acabar diluido y todo se queda en nada en Alicante. Antecedentes tenemos unos cuantos. Se nos dijo que la Agencia Valenciana de la Innovación iba estar en Alicante y no sólo se llevó su sede operativa a València, sino que este año, sin ir más lejos, la provincia ha salido bastante mal parada en el reparto de ayudas. Por primera vez, se trasladó una conselleria, la de Innovación, a Alicante, pero se le ha ido vaciando tanto de contenido que está a medio paso de la irrelevancia. Y, encima, por si ya tuviéramos poco, ahora va Puig y anuncia que el Centro del Envejecimiento no estará en Alicante sino en Elche. Así, sin más explicación, dándole munición al PP para cargar contra València, y provocando un conflicto entre dos municipios vecinos, pero no siempre bien avenidos. Y nosotros pensando que vertebrar era otra cosa.
