Resulta exasperante que Barcala y su Bipartito pretendan de forma reiterada llevar al barro la política alicantina para impedir que hablemos de la ciudad real, de sus problemas y sus retos. Lo vemos en los Plenos, en la política (o la antipolítica) de bloqueo al Botànic y en la negativa a convocar los espacios de diálogo y debate que tenemos en el Ayuntamiento. Incluso lo vemos en cómo ha alargado la democracia telemática o en su miedo a enojar a la ultraderecha. Y es lamentable, porque en esta ciudad tenemos mucho que hablar. Y el PP hace lo posible por llevar al fango el debate y diálogo político.

Debemos hablar de los Fondos Europeos, la estrategia para recuperarnos de la crisis provocada por la pandemia que deberíamos compartir y debatir como reclamamos hace meses y Barcala se niega a hacerlo. Tanto con la oposición, como con el Consejo Social, lo que resulta más grave por la falta de respeto institucional que supone. Es nuestra oportunidad para generar un modelo de ciudad más resiliente a las crisis, más verde e inclusivo.

Debemos hablar de la necesidad de afrontar, en serio, la respuesta a la emergencia climática en un entorno tan frágil como es nuestra ciudad mediterránea. Avanzar hacia la movilidad sostenible, activar las zonas de Bajas Emisiones, impulsar proyectos como el Anillo Verde, resolver los problemas ambientales de la zona sur de la ciudad, crear calles con mayor confort climático y diseñar la gran transformación verde que urge en Alacant.

Debemos hablar del bloqueo permanente a las inversiones del Botànic. No tiene sentido comportarse como el perro del hortelano sin invertir, ni dejar invertir al Botànic en nuestra ciudad. Se queja y reivindica inversiones de la Generalitat en Alacant, lo cual podemos compartir, pero después bloquea de forma políticamente indecente la construcción de colegios o equipamientos sociocomunitarios financiados desde la Generalitat.

Debemos hablar de la respuesta a la exclusión social, que no se ataja con ordenanzas o desalojos que golpean a las personas más vulnerables. Desde la aporofobia no se genera igualdad y cohesión y la pobreza no se puede esconder debajo de la alfombra. Necesitamos coordinación institucional entre Ayuntamiento y Generalitat, entre la administración local y las entidades que día a día trabajan desde la solidaridad para mantener en la supervivencia a demasiadas familias alicantinas. I necesitamos más equipamientos sociales y respuesta comunitaria y poner en marcha el Plan de Inclusión Social para dar respuestas a un fenómeno tan complejo como es la exclusión que vemos en muchos barrios de la ciudad y que se ha agravado con la crisis sanitaria.

Necesitamos hablar de diversificar nuestro modelo productivo. De coordinar la oportunidad de ser un foco real de innovación y economía digital, de tener política de vivienda para aumentar el parque público, hacer accesible el alquiler a jóvenes y familias y hacer de la rehabilitación y la eficiencia energética verdaderos motores económicos de generación de empleo.

Debemos hablar de la cultura y el patrimonio como activos para recuperar autoestima y proyección. Para hacer una ciudad que genere una ciudadanía más culta y formada, un turismo más sostenible y ligado a valores menos agresivos con el territorio y la respuesta no puede ser abandono para regalar a la iniciativa privada nuestro patrimonio. Tampoco el portazo puede ser la respuesta a la oportunidad de recuperar el Teatro Principal como buque insignia de la cultura alicantina, diciendo NO al Botànic a pesar de la incompetencia que el PP ha mostrado para desbloquear la rehabilitación o gestionarlo desde una oferta de calidad, equilibrada y sensible a la cultura propia y nuestros sectores culturales.

Y necesitamos hablar de la Agenda del Tren, de como vehicular nuestras reivindicaciones, que llevan esperando décadas desde una posición política y cívica unitaria y alejada de partidismos. Del Parque Central y la Estación Intermodal, de la recuperación de la variante de Torrellano para conectarnos con el Aeropuerto, recuperando la fachada marítima, de la creación de una frontera verde Puerto-Ciudad recuperando el espacio posterior de Casa Mediterráneo.

Hablemos de la ampliación del TRAM y sobre qué retos de conectividad es preciso atender. Y hablemos de la cooperación con Elx y de nuestro encaje y posición leal, pero reivindicativa, en el espacio político valenciano.

“Ja no cola, Barcala”, sus enfados, sus vídeos sobreactuados, sus declaraciones estridentes o la repetición de “BarcalaAnuncios” que nunca se ejecutan. Ya no cuela. Todo el mundo ha visto que detrás de las batallitas con el Botànic o el Gobierno Central solo hay un exceso de sectarismo ideológico de una derecha que coquetea peligrosamente con el extremismo, electoralismo y un intento de tapar la incompetencia para no dejar al descubierto las vergüenzas del Bipartito y su incapacidad de sacar adelante inversiones y proyectos que impacten en un modelo transformador de ciudad. Y ya nada tapa que el Bipartito es un gobierno feo y gris. Y sin ilusión.

Deje de jugar con el barro para lanzarlo a los ojos de sus adversarios, Sr. Barcala. Volvamos a la política para construir y diseñar una ciudad mejor, donde todos y todas nos podamos sentir protegidos, seguros, esperanzados, orgullosos e incluso, más felices. Hablemos de la ciudad, Barcala.