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Matías Vallés

Al azar

Matías Vallés

Casado es una convención

Pablo Casado.

Quienes daban por descontado que Pablo Casado presidía el PP, por fuerza deben haberse sorprendido al ver que el partido dedicaba una semana a convencerse de que Casado es presidente del PP. A propósito, la ninja Ayuso no parecía muy convencida del escalafón que le obligan a recitar. El teórico líder de la oposición implora el asentimiento para lograr el asentamiento, la única garantía de permanencia que puede exhibir es el reconocimiento de su condición a cargo de Pedro Sánchez. Si el conservador lo tiene tan difícil entre los suyos, cómo logrará el voto de los neutrales, que lavándose las manos se desentienden y evaden.

El PP mostró mucha convención y poca convicción, como si pidiera disculpas por un cabeza de lista de enjundia mejorable. Para consolidar a su presidente, el partido tuvo que recurrir a un franco Vargas Llosa promoviendo las ventajas del voto selecto sobre el electo, aunque falló la sincronización pirotécnica de que encarcelaran al corrupto Sarkozy en plena convención popular, como si fuera un Puigdemont cualquiera. A la nueva derecha se le entiende todo porque grita más, sus alaridos ya compiten ventajosamente con los bramidos de Vox. La amenaza de Casado solo incumbe al PSOE, pero sus amenazas chillonas se derraman plurales sobre un país entero, que ha cometido el crimen de condenarlo al ostracismo.

Casado es una convención, así que puede dar gracias de que PP y PSOE anden empatados a cero en las quinielas, al igual que CDU y SPD. Para consolar al supuesto presidente popular de su doble fiasco en elecciones generales consecutivas, el inefable Rajoy le asestó un «no hay dos sin tres», donde debería haber enunciado que «a la tercera va la vencida». Y mientras el convencido o convicto Casado prometía más decibelios que nadie en una plaza de toros, el deseado Núñez Feijóo tecleaba su móvil sin cesar en asiento de primera fila. En estos tiempos descreídos, un discurso puede darse por ganador si inspira un récord de puntuación en el Candy Crush.

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