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Carlos San José Alonso

La nueva política que viene

Hemiciclo vacío del Congreso de los Diputados tras la suspensión del pleno, el 10 de marzo del 2020, como medida preventiva de contención del coronavirus. / Agencias

Yo de política no quiero saber nada, no te signifiques nunca, la política está prohibida en este foro, tú sabrás, pero si te metes en política conmigo no cuentes para nada, vas a perder amigos… Son las primeras frases que me han venido a la mente cuando empiezas a interesarte de forma activa en la política.

Hace muchos años que comencé a frecuentar parques y pasar horas y horas de charlas con mamás y algunos papás (es lo que tiene ser padre de familia numerosa) y a escuchar quejas y críticas de la labor de la gestión municipal de los equipos de gobierno de turno. Es ahí donde entendí que tanta sugerencia debía canalizarse de alguna manera; cierto es que los corrillos del parque, del bar, del fútbol se van por el sumidero de las tertulias sin remedio, pero no me resigné a que eso fuera así. La política es el único camino necesario para lograr una gestión más eficiente de nuestros recursos y la vía donde canalizar las críticas y transformarlas en aportaciones.

¿Por qué los ciudadanos viven tan alejados de la política? Pues es evidente, porque la gran mayoría de los que militan, dirigen y llenan los partidos han convertido un sano ejercicio democrático en un escaparate personal de egos sin escrúpulos donde colocarse y encontrar refugio a amigos y familiares, porque no buscan el bien común de la ciudadanía sino el sobresalir por encima del contrario, machacarlo y si es posible destrozarlo con argumentos improductivos basados en una gran oratoria y un medido afán de protagonismo. Es bochornoso escuchar las intervenciones de los diputados en Madrid o de los aprendices de ello en cada Ayuntamiento, no se escuchan, no pactan, no desean bien al prójimo sino tratan de zancadillearlo para hacerlo caer… Los políticos no han entendido nada y han logrado el desprecio y la abstención de gran parte de la población.

La política tiene ese estigma negativo por culpa de sus actuales representantes, pero la política es imprescindible en todos los ámbitos de nuestra vida, gestiona nuestros impuestos y oferta nuestros servicios, determina qué lugares tendrán un centro de salud y cómo funcionan los centros escolares de nuestros hijos, por ello, abstraerse no es lo opción más correcta. Yo sí creo que los ciudadanos de la calle podemos ocupar las “poltronas” de los profesionales de la política y ofrecer una gestión diferente y llevar a los consistorios otra manera más eficiente de gestionar los recursos públicos. Yo creo en una política de sentido común donde las personas más preparadas ocupen cada área, sanitarios en sanidad, gestores deportivos en deportes, ingenieros en urbanismo, educadores en educación… que se acabe el teatro de los plenos municipales y se convierta en reuniones productivas de trabajo cooperativo en beneficio del municipio, donde la oposición tenga un papel más relevante y protagonismo en la toma de decisiones y no se pierda el talento de las personas por militar en un partido u otro. Yo sí creo que en los Ayuntamientos se puede prescindir de las etiquetas y los estigmas y dejar paso a la gestión. Yo creo que se puede gobernar con otro talante y con un criterio más técnico y menos ideológico.

Creo sinceramente que ha llegado la hora de la política del sentido común, de erradicar la crispación, el insulto y apostar por el trabajo en equipo. Los municipios no pueden cambiar el callejero cada cuatro años ni trazar su camino a base de obras con sellos personales de los alcaldes del momento. No creo que sea tan complicado empezar la casa por los cimientos, por su la base; es decir, unir a todos los partidos, agentes sociales, colectivos ciudadanos y elaborar un Plan Estratégico General de futuro a largo plazo donde establecer qué modelo de municipio quieren los vecinos y en base a esa matriz elaborar el resto de Planes municipales de movilidad, turismo, empresa o deportes. Estoy convencido de que esta nueva concepción de la política la vamos a implementar con ilusión, trabajo, constancia y esfuerzo y que los ciudadanos apostaremos por ella más pronto que tarde.

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