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Antonio Sempere

En pocas palabras

Antonio Sempere

Mi pituitaria no engaña

La biblioteca pública Azorín, situada frente a la playa del Postiguet, en Alicante. | ISABEL RAMÓN

Tras haber permanecido cerrada 550 días, la Sala de Lectura de la Biblioteca Provincial ha vuelto a abrir sus puertas. Mi pituitaria, que funciona muy bien, ha detectado el hedor que la caracteriza aun recorriéndola con los ojos cerrados.

Lo normal es que hubiese regresado a las instalaciones con el mismo júbilo al que regresé a las salas de cine y al teatro tras los meses que las clausuraron. Y con esa ilusión volví al Paseito de Ramiro cuando, conocedor de la nueva normativa de la Consellería de Cultura, sabía que podría leer la prensa sin guantes, y no a las puertas del edificio, sino cobijado como cualquier lector con un mínimo de dignidad.

Pero mi pituitaria pudo más. Allí no hay quien viva. Allí no hay quien lea. Es verdad que a los cinco o diez minutos de entrar, te inmunizas, y dejas de sentir el hedor, la peste inmunda que emana de los conductos de aire. Pero a poco que salgas un momento y vuelvas a entrar, si tienes la pituitaria en su sitio, la sensación de repugnancia se repite. Por cierto, los únicos aseos operativos están en las plantas 2º y 3º. Y qué baños.

Es una consecuencia más del estado de degradación en que se encuentra el edificio, que entra en su año 14 desde que se confirmó su rehabilitación integral. El cierre por pandemia hubiese sido un periodo adecuado para que las autoridades pertinentes la hubiesen clausurado y trasladado temporalmente a un lugar más digno. Haciendo de este modo presión al Ministerio de Cultura para que, de una vez, inicie las obras. Porque a este paso, no veremos la nueva Biblioteca terminada ni dentro de 15 años. Acuérdense.

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