Yo soy de los que recuerdo dónde estaba y qué hacía cuando se estrenó Días de cine hace treinta años, el 6 de octubre de 1991. El programa y mi vida han discurrido en paralelo puesto que fue ese año y no otro aquel en el que me embarqué en la ruta de los festivales de cine españoles, donde pude conocer y a estimar a los miembros del equipo del programa, Daniel Monzón, Sergi Sánchez, Santiago Tabernero, Jordi Costa, Raúl Alda, Virginia García de Lucas, Juan Carlos Rivas, Alejo Moreno, Alberto Bermejo y más tarde su director, Gerardo Sánchez.
Pero no nos engañemos. Aquella fecha del estreno, el 6 de octubre, delata lo lenta que siempre ha sido TVE para poner en marcha sus proyectos. Días de cine no pudo cubrir en su primera temporada los festivales de Venecia ni San Sebastián. Estaba en construcción.
Y algo más tremendo ligado a la actualidad. En el emocionante reportaje de 20 minutos que dedicó al cumpleaños (que hubiese merecido un programa completo), vimos cómo, con toda humildad, uno de los reporteros entrevistaba en las calles de Madrid a los viandantes, preguntándoles si sabían qué era Días de cine. La mayoría lo ignoraban. A alguno le sonaba a una película de Woody Allen. A otros ni eso. De los 46 millones de españoles, lo seguimos poco más de cien mil. A duras penas llega al 1% de audiencia de quienes consumen televisión los viernes a esa hora.
Eso después de tres décadas ejerciendo la resiliencia cuando los tiempos eran muy complicados. De boquilla todos somos cinéfilos y lectores. Pero nuestro país tiene graves déficits culturales y educacionales. Si Gerardo contara…
