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Juan Carlos Padilla Estrada

P.S. en su laberinto

P.S. en su laberinto

Opción A: Españoles: Soy Pedro Sánchez. Y hoy comparezco ante ustedes para anunciarles el fin de esta legislatura. Voy a darles los motivos por los que concluye este periodo de tiempo en que he intentado gobernar apoyado por partidos externos. Lo he hecho confiado en que lograríamos llevar a nuestro país a mayores cotas de igualdad y justicia social. Y lo he hecho bienintencionadamente, creyendo que lograríamos resolver muchos de los problemas que acucian a los ciudadanos o, cuando menos, elevar las cotas de bienestar de los más desfavorecidos. El precio a pagar por ello ha sido alto, nunca ha resultado tan difícil gobernar con tantas discrepancias dentro de la coalición y, sobre todo, con los socios externos. Reconozco, porque es hora de una cierta confesión, que mi ambición personal ha colaborado en mi permanencia en el poder, pero ¿qué es un político sin ambición? Al principio creí que nuestra mayoría y la razón del bien común lograrían imponerse en las negociaciones con nuestros socios. Pero a medida que la legislatura ha ido avanzando he ido percibiendo que nada de eso era así, que los señores de ERC luchaban exclusivamente por sus intereses, que los socios de Podemos intentaban extraer del Consejo de Ministros gasto y más gasto con el que alimentar su propaganda comunista y que los señores de Bildu han perpetrado una celada maligna. Precisamente esta última ha sido el detonante de mi decisión. En los medios ha aparecido el señor Otegui haciendo unas declaraciones torticeras, diciendo que bueno, el sufrimiento no debía haberse producido… Sentimos el dolor de las víctimas… Pero a las 24 horas ha destapado sus cartas: Presupuesto a cambio de la salida de presos etarras de las cárceles.

Quizá el señor Otegui no sabe que excarcelar presos no es función del gobierno, aunque no le culpo, hace poco indultamos a los independentistas catalanes. Y lo hicimos presionados por ERC creyendo de buena fe que así daríamos un paso decisivo para despejar el panorama catalán y resolver el conflicto tan largamente enquistado. Pero ahora los nacionalistas catalanes nos demandan más, y más… Para apoyar los presupuestos exigen garantías para el referéndum de autodeterminación, votación que todos sabemos que atenta directamente contra la Constitución que nos hemos dado los españoles. Mientras, los amigos de Podemos nos aprietan día a día. Lo último es una ley de vivienda que no tienes pies ni cabeza, donde se exige que el 30% de las promociones privadas sean de titularidad pública (¿?), donde se impiden los desahucios y no se aborda la ocupación ni los verdaderos problemas de fondo de la vivienda en España.

Por todo ello, españoles, dimito como Presidente del Gobierno y convoco elecciones para el 28 de noviembre, con la promesa firme de que el partido que presido no volverá, escúchenme bien y lean mis labios, NO VOLVERA A PACTAR con ningún partido que no se comprometa previamente a respetar el marco constitucional vigente.

Confío en que ustedes sepan apreciar el valor de nuestra renuncia y que a la hora de votar nuevamente nos consideren en su elección.

Opción B: Españoles, soy Pedro Sánchez. Y comparezco ante ustedes para anunciarles las nuevas medidas que hemos pactado con nuestros socios de gobierno para llevar a nuestro país a las más altas cotas de bienestar y justicia social. Ante el gran gesto realizado por un hombre de paz como el señor Otegui, Arnaldete, hemos pactado con su grupo, los amigos de Bildu, un ambicioso programa de reacomodación de héroes de la libertad ─antes llamados etarras─, que van a ser realojados en viviendas del país vasco, de sus familiares concretamente, para lograr una reinserción social plena y satisfactoria para todos. Esto es un logro que jamás podría soñarse si gobernase otro partido que no quiero mencionar es este momento de júbilo.

Con Rufián y demás colegas de ERC también hemos acordado llevar a cabo un referéndum en territorio catalán en el que se pregunte ─solo los nacidos en aquella comunidad y se llamen Llordi, Carma o Pera─, si desean seguir oprimidos por el monstruo español o prefieren la felicidad de la Cataluña Lliure, a la que transferiremos todos los españoles la bonita cantidad de 60.000 millones de euros anuales en concepto de agravios pretéritos.

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