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Antonio Sempere

Disconfort climático

Es verdad que los turistas siguen viniendo en masa en verano, pero no es lo mismo vivir en un hotel, pasarte el día en bañador, estar medio día en la piscina, que tener que recluirte en tu casa de 50 metros

La playa del Postiguet, este fin de semana

Por fin se ha ido el calor. Por fin se puede vivir. Es una falacia que a los alicantinos nos guste nuestro verano. Mucho más que estemos acostumbrados a su calor, a su bochorno, a la humedad de sus días y sus noches. Los ricos, o quienes se lo puedan permitir, invernan en Alicante y después emigran al norte. Es verdad que los turistas siguen viniendo en masa en verano, pero no es lo mismo vivir en un hotel, pasarte el día en bañador, estar medio día en la piscina, que tener que recluirte en tu casa de 50 metros. Como tampoco es lo mismo ser alicantino con vivienda única en el barrio de la Florida que tener doble residencia, una para el invierno y otra para el verano en la playa.

La cuestión es que F. J. Benito nos desveló en estas páginas que el clima tropical ya ha llegado a Alicante. Las 78 noches consecutivas sin que la temperatura bajase de los 20 grados, a las que hay que añadir otras tantas ecuatoriales, por encima de 25, hacen del litoral de la Costa Blanca el territorio superpoblado más cálido de la península ibérica.

Ojo, con una sensación térmica más desagradable que en el Valle del Guadalquivir. Ya se sabe, unos crían la fama mientras otros cardamos la lana.

Esto se define como “disconfort térmico”, una baja calidad de vida durante buena parte del año. Para los que sufrimos enfermedades visibles como el sobrepeso, y otras invisibles como la hipertensión, es infernal.

Me queda una curiosidad. ¿Murcia sufre tanto disconfort climático como Alicante, nos iguala, o nos supera? Por favor, que nuestro oráculo Jorge Olcina nos lo aclare.

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