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Antonio Sempere

En pocas palabras

Antonio Sempere

El futuro de la muestra

Fachada del teatro Arniches en una foto de archivo. ANTONIO AMORÓS

No creo que la 30 edición de la Muestra de Autores de Teatro Español Contemporáneo corra ningún riesgo de cambiar de ciudad. Por la cuenta que les trae a todos los implicados en ella las velas del cumpleaños se soplarán en noviembre en Alicante. Lo que no es óbice para advertir algunas observaciones que como espectador fiel desde la primera (junio de 1992) deseo realizar para mejorarla.

Hablando claro. No tiene sentido hacer una Muestra endogámica. Para la organización e invitados. Una Muestra sin público. Algo habitual en la última década. No tiene sentido que ahora que el Teatre Arniches funciona como un tiro, que llena todas sus funciones durante toda la temporada, se encuentre semivacío en los días de la Muestra. El evento, lejos de arropar e incrementar el público, lo ahuyenta. Salvo que se trate del público cautivo, si se produce un estreno “de casa” y se llena de familia y amigos. Ejemplos como los del primer día (Les Saurines de Castellón) y el último (Juli Disla de València) lo constatan. Otro tanto ocurre en el Teatro Principal, a cuyas funciones ni siquiera acuden los doscientos aficionados que todavía quedan en Alicante para los títulos más exigentes. 

Realizar una Muestra posibilista no tiene sentido. El nivel artístico de la actual es muy bajo. Prueba de ello es que si se trasladase a una ciudad como Valladolid, Málaga o San Sebastián, de los 21 espectáculos presentados en noviembre apenas se habría seleccionado uno o ninguno. Y es que la mitad de los espectáculos de sala fueron de la Comunidad Valenciana. También los de calle y cabaret. Lo peor que le podía pasar a la Muestra era caer en la irrelevancia. Y ha ocurrido. ¡Que la Mostra de Teatre d´Alcoi ya va por la edición 31!

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