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Ramón Pérez

Tribuna

Ramón Pérez

Hércules CF: 100 años, 100 entrenadores (VII)

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Miguel González, Sandor Kocsis, César Rodríguez, y Manolet, a la izquierda de la imagen; a la derecha, Tomás Tarruella

Para la 68-69, en la triste vuelta a Tercera, el club recurrió de nuevo a Álvaro Pérez, el técnico que había conseguido el ansiado ascenso a Segunda diez años antes. Sin embargo, esta vez no surtió efecto y el binomio Hércules-Álvaro terminó casi antes de comenzar. El club prescindió del técnico gallego a las 10 jornadas por la mala sintonía con los jugadores, por tratar a la plantilla «con malos modos, palabras fuertes y brusquedades». Los resultados, no obstante, no eran nada malos: el Hércules era tercero, a un punto del líder. Cogió el equipo interinamente Luis Ortega por cuarta vez en siete temporadas. Esta vez sería la más duradera y el exfutbolista estaría hasta finales de curso. Sin embargo, una derrota en Elda en la penúltima semana de Liga dinamitó la calma en el Hércules. Tomás Tarruella, presidente entonces del club, decidió prescindir del técnico y de toda su junta directiva. «Me han echado de mi propia casa como a un perro» afirmaba atónito Ortega. El equipo pasaba a manos del jugador Vicente López, Manolet, que asumía el cargo consternado.

El Hércules ganó, se clasificó para la final por el ascenso a Segunda, pero la perdió contra el Castellón. Tuvo una reválida, esta vez ante el Ilicitano, que ganó a los blanquiazules en la ida por 3-1 en Altabix. Entonces, hubo nuevo volantazo y la vuelta de la final la dirigió José Mejías, Manero, un hombre de la casa que había sido portero del Alicante y célebre técnico del fútbol alicantino que por entonces era el presidente del Betis Florida.

Después de ese final abrupto, la 69-70 comenzó no sin menos trajín. El gran delantero César Rodríguez, leyenda del Barça y también entrenador de caché, había aceptado la propuesta del Hércules, pero en la víspera de la segunda jornada de Liga dimite «por no aceptar que se imponga una alineación», afirma. El presidente Tarruella también dimite por solidarizarse con César. El caso es que el Hércules juega contra el Albacete y el entrenador es Jesús Berenguer, director técnico hasta la noche de las dimisiones. A la semana siguiente tanto Tarruella como César volvieron a sus puestos y el club alicantino regresó a final de curso a Segunda División después de dos años frenéticos.

En la 70-71 sigue César, pero mediado el curso pasa a mánager del club y el cargo de entrenador pasa momentáneamente a Berenguer y luego a Miguel González, que había sido un gran extremo internacional y también técnico del Atlético. El caso es que en ese curso no paró de haber cambios: tras González, volvió César, luego Berenguer de nuevo y finalmente Sandor Kocsis, que había sido integrante de la célebre selección húngara de los «magiares mágicos». Kocsis entrenó luego al Alicante en la 72-73 y luego regentó un bar de copas en Barcelona hasta 1979, cuando aparentemente se suicidó a la edad de 49 años, al lanzarse al vacío de la séptima planta de un hospital de Barcelona en el que se estaba tratando de cáncer.

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