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Antonio Sempere

Esto qué es

Santa Cruz celebra el 75 aniversario del Descendimiento con una exposición de sus imágenes

Andaba el sábado en la Rambla, a la altura del Portal de Elche, viendo el paso del Descendimiento de la Hermandad de la Santa Cruz. No había mucha gente. Sólo quienes se encontraban en los establecimientos de la zona, atraídos por el sonido de la imponente banda de cornetas y tambores. A mi lado, una chica que no paraba de hablar por el móvil, y una pareja que se acurrucaban para mitigar el frío. No eran turistas, sino residentes de nuestra ciudad, de esos que habían bajado al centro como hacen cualquier sábado del año como se deducía de sus palabras.

Cuando la chica que hablaba con una amiga por teléfono acabó su conversación, se dirigió a la pareja de al lado, algo mayores que ella, y les formuló la pregunta del millón: “¿Esto qué es?”. El chico, con la barba recortada como se llevan ahora, le contestó con un rotundo: “No tenemos ni idea”. Yo, herido por un instante por sentirme como el hombre invisible, estuve en un tris de no decir nada. Pero actué como el viejo cronista del lugar.

La anécdota es una de las mil que, a cada momento, evidencian la escasa identidad con que cuenta Alicante, que creció y creció sin que nunca diese tiempo a que se asentasen sus raíces. Lo malo es que identidad y cultura van parejas. Si se cojea de una pata, se cojea de ambas.

El lunes, nueve jubilados se manifestaban en la plaza del Ayuntamiento por unas pensiones dignas. Para compensar su escasez, por megafonía sonaba altísimo el “habrá un día en que todos…”. Solemos mirar a los vascos con envidia por lo adelantados que están en infraestructuras culturales y servicios. Se movilizan como nadie. Tienen identidad y cultura. Están a años luz de nosotros.

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