Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José A. García del Castillo

La pluma y el diván

José A. García del Castillo

Carta a los no vacunados

Carta a los no vacunados

Queridos no vacunados, no quisiera empezar esta misiva sin desearos a todos una larga y esplendida vida en compañía de todos aquellos a los que amáis y siguen estando a vuestro lado.

Carta a los no vacunados

Nos encontramos en tiempos de virus rebeldes, de esos que consiguen burlar a la ciencia y, por supuesto, a los políticos, que por mucho empeño que tengan en proteger a sus ciudadanos hacen aguas en un mar de indecisiones, en un batiburrillo de prohibiciones, enmiendas a las prohibiciones y desajustes en sus buenas intenciones.

Sabéis que os encontráis en el punto de mira de los vacunados por muchos motivos, pero sobre todo por uno principal, porque temen por vuestras vidas y las suyas. Indefectiblemente nos encontramos unidos a la misma batalla, queramos o no, ante un enemigo tan sabio que consigue transformarse una y otra vez, para ganar la guerra.

Las armas son escasas y, a veces, controvertidas, como en cualquier contienda. Si pudiéramos decidir sin peligros demostrados, seguro que la mayoría sería contraria al empleo de la fuerza, pero en ocasiones, como esta, es absolutamente necesario si se quiere sobrevivir.

Soy consciente que en todas las guerras hay personas neutrales que no quieren empuñar las armas, aunque les vaya la vida en ello, pero en la que estamos librando es necesario tomar decisiones valientes y solidarias para que todos, sin excepción, podamos conseguir derrotar al enemigo invisible.

Más allá de ideologías y creencias personales, está la generosidad de contribuir al bien de todos y para ello no sirven los miedos, las reticencias o las cabezonerías a la hora de combatir.

Tenemos que ser muy conscientes, vacunados y no vacunados, de la gravedad de esta lucha, eludiendo los daños colaterales que pudieran sobrevenir. Para ello hemos de ofrecer nuestro brazo desnudo y dejar que un experto en estas lides nos inocule, tenemos que proteger nuestras caras con pantallas protectoras y distanciarnos de los demás para no dar tregua al virus.

No tenéis que caer en la trampa del enemigo, contraargumentando derechos perdidos o ataques a vuestra intimidad, esas cuestiones podrán defenderse nuevamente cuando este virus haya sido derrotado.

Es imprescindible que disipéis vuestras dudas, os apoyéis en los demás para acaparar fortalezas si os faltan, superéis los miedos que puedan estar amordazando vuestra decisión, aumentéis la confianza en los científicos que tantas vidas han salvado a lo largo de la historia y, si aún dudáis, no os neguéis la oportunidad de ayudaros y ayudar a los demás.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats