Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juan Carlos Padilla Estrada

LAS CRONICAS DE DON FLORENTINO

Juan Carlos Padilla Estrada

A vueltas con el señor Sánchez

Pedro Sánchez, en una rueda de prensa

La Historia ─así, con mayúsculas─ nos enseña que nada de lo que sucede hoy es nuevo. A lo largo de los siglos ha habido dirigentes que han luchado por el bienestar o la supervivencia de pueblo ─a esos se les recuerda con admiración y se les suele llamar “estadistas”─ y otros muchos que solo han alimentado su propio ego.

Y la ejecutoria del señor Sánchez se acerca más a ese segundo grupo. Repasamos brevemente los hechos y las palabras de este señor hasta el momento actual y nos damos cuenta de que el único elemento que puede explicar sus conductas es solo uno: su interés personal en perpetuarse en el poder a toda costa.

Comenzó diciendo que el pacto con Podemos le producía insomnio, que jamás, jamás, jamás, jamás, jamás pactaría con Bildu; que el delito de los independentistas catalanes era claramente tipificable como Rebelión y que cumplirían hasta el último día su condena. No hace falta recordar en que han devenido todas estas promesas.

El verano pasado hubo una no bien explicada crisis de gobierno en la que salieron pesos pesados del gabinete y fueron sustituidos por casi desconocidos. Todos los observadores políticos vieron en ese movimiento un claro acercamiento al centro porque Sánchez, listo y taimado, observaba en la destrucción de Ciudadanos una cantera donde reclutar votos.

Pero en la negociación de los presupuestos generales del Estado, y con el caramelo de los fondos europeos que pronto llegarán, el amigo Sánchez se ha embarcado en un nuevo triángulo, este vomitivo: su asociación con Bildu e Izquierda Republicana de Cataluña.

Sánchez ha comenzado a repartir entre sus socios dineros y prebendas, con la seguridad de que reclutar votos en el parlamento le va a aportar mayor estabilidad en lo que queda de legislatura.

Pero yo creo que Sánchez minusvalora la capacidad analítica de los españoles y sobre todo su memoria.

Porque estoy seguro de que va a ser muy difícil que los españoles olviden estos episodios, se encojan de hombros ante el evidente compadreo del gobierno de nuestro país con los declarados enemigos de España, entren al trapo de esa eterna intención del gobernante en reverdecer una y otra vez el pasado que archivamos en la transición y no le castiguen negándole sus votos en las próximas elecciones generales.

Quizás antes de ellas aún tengamos que asistir a dos bochornosos episodios, que probablemente estén en el fondo de la complicidad de Sánchez con ex etarras e independentistas: se está preparando un gobierno en el País Vasco a tres bandas: Bildu, Podemos y PSOE intentarán desalojar al PNV. Sería el colmo de todos los colmos que llegáramos a ver al tal Otegi sentado en la silla de lehendakari gracias al apoyo del Partido Socialista.

En Cataluña sucede algo parecido: El tripartito formado por PSOE, Izquierda Republicana y Podemos aspira a sustituir la mayoría independentista por otra de izquierdas, sinistra, como dirían los italianos.

Quizá estos proyectos expliquen esa súbita amistad entre gobernante y delincuentes. Pero, señor Sánchez, no hay motivo en el mundo que justifique tal ignominia, ese desprecio a unos valores que han esgrimido todos los gobiernos desde la Transición, ese desafuero que supone pactar con los enemigos del Estado, motivo por el que usted mismo fue expulsado de la dirección del Partido Socialista… cuando era de verdad el PSOE.

Y eso, esperamos todos los españoles que queremos de verdad el progreso de nuestro país, aquellos que aún consideramos que hay límites morales que no se pueden traspasar sea cual sea el motivo, los votos en las próximas elecciones se lo demostrarán.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats