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Jaime Vierna

Bendito el que viene en nombre del señor

José Ignacio Munilla es el obispo español con más seguidores en Twitter.

Desde que se conoció, hace una semana, el nombramiento de monseñor José Ignacio Munilla como nuevo obispo de esta diócesis, han menudeado las opiniones que expresan su disgusto con esa designación. Abundan en la red las críticas a nuestro nuevo obispo, la opinión publicada es unánimemente contraria, y uno se pregunta si es que el Papa no está bien informado sobre la figura de este prelado.

Para la mayoría de los españoles, su nombre se hizo familiar cuando fue nombrado por Benedicto XVI obispo de San Sebastián. La diócesis sufría entonces el terrorismo de ETA y la hegemonía del nacionalismo en buena parte del clero, razón por la que Munilla había optado por formarse en seminarios de otras diócesis. Eso fue, en su momento, factor importante en la antipatía que despertaba entre el pueblo del que acababa de ser nombrado pastor. Todavía colea todo aquello, y algunas firmas que vemos hoy en la prensa dedicadas a denostarlo son las mismas que entonces manifestaron públicamente su rechazo. Como dijo él mismo en San Sebastián, en 2009, durante la ceremonia de toma de posesión, “nunca una hormiga había levantado tanta polvareda”.

Munilla entonces, igual que cuando fue nombrado párroco de Zumárraga, en plena zona “abertzale”, aceptó con obediencia el encargo recibido, y manifestó reiteradamente con obras su disposición a ser pastor de todos, a escuchar y abrazar todas las corrientes en un proyecto común superador de las diferencias. Y se puede decir que, en buena parte, lo ha conseguido. Veinte años después de su llegada, la realidad eclesial de la diócesis ha cambiado notablemente. Algunos de los que fueron sus críticos más enfrentados forman parte de su equipo de gobierno y son cercanos colaboradores suyos, fruto de su empeño en tender la mano una y otra vez en busca de la unidad, a pesar de las calumnias. Regresaron a la diócesis numerosos sacerdotes a los que había expulsado la realidad social y eclesial vivida hasta entonces, y ha aumentado el número de sacerdotes jóvenes. Y el número de adultos que piden el Bautismo o la Confirmación.

Las órdenes religiosas, como en el resto de España -y de Europa- sufren la precariedad de vocaciones, pero han llegado a Guipúzcoa órdenes nuevas: las carmelitas samaritanas, las MM Brígidas, las hermanas de María Stella Matutina, los jóvenes monjes de Verbum Spei... En el ámbito de la familia, ha potenciado el Centro de Orientación Familiar e impulsado el Proyecto Amor Conyugal, para matrimonios. Ha inaugurado una Capilla de Adoración Perpetua -en la que está inscrito, durante dos horas de la madrugada, como un adorador más- y es un experimentado promotor de las nuevas técnicas de comunicación en las tareas de la Nueva Evangelización, desde sus tiempos de párroco en Zumárraga, cuando comenzó su colaboración con las emisiones de Radio María; actualmente, los videos de sus conferencias y meditaciones están en Youtube y llegan a todo el mundo.

Uno de sus colaboradores ha dicho de él: “Se le ha podido ver comiendo con los transeúntes en el albergue, tirando del carro de enfermos en Lourdes, festejando con los sacerdotes jubilados en la residencia sacerdotal, limpiando platos en los campamentos de niños, afrontando temas graves ante la prensa, celebrando en residencias de ancianos, visitando todos y cada uno de los monasterios y órdenes religiosas, debatiendo con jóvenes en la calle, aguantando chaparrones verbales, disfrutando de un coloquio con los seminaristas, rezando de rodillas ante el sagrario, acompañando a familias en el tanatorio o visitando enfermos en el hospital…. Y siempre con una palabra que busca atraer almas a Dios y entregar su misericordia. Puedes estar de acuerdo o no con él, aceptar que no es perfecto y que tiene defectos, pero no puedes negar que su lema 'en ti confío' le ha acompañado y que se ha gastado y desgastado en su labor pastoral. Con traje o cazadora, chapela o pasamontañas, siempre abrazando la cruz y sin perder la alegría”

 En su nombramiento para la sede de Alicante se ha querido ver un intento de frustar su aspiración a la sede de Pamplona. No he encontrado ningún rastro de esa presunta aspiración al Arzobispado, sólo el mismo acatamiento humilde que mostró en su nombramiento para Zumárraga, para la sede de Palencia y para la de San Sebastián, dispuesto a servir al pueblo de Dios allí donde sea enviado. Siempre la obediencia a la Voluntad de Dios y el servicio a su pueblo.

Ahora se levantan voces solicitando que no sea recibido por los representantes del pueblo al que viene a servir. Como en Guipúzcoa, sólo se oyen voces discrepantes. Pero en su toma de posesión de 2009, entre el rechazo de los disidentes, se encontró con el templo abarrotado y el cariño de los guipuzcoanos que le tributaron más de diez minutos de aplausos. El próximo mes de febrero será nuestro momento. Bendito el que viene en nombre del Señor.

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