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Francisco Javier Amérigo Moreno

Transformación y desafíos

Foto de archivo de un programador.

El futuro ya llegó. Nos asegura el historiador y filósofo Harari que, hoy por hoy, el destino del ser humano está en juego. En el pasado siglo, la fábrica de una gran compañía intentaba que el obrero trabajase más horas. Frente a esto, los movimientos sociales se organizaban para contrarrestar esta anomalía con su lucha. La huelga tenía su fuerza y provocaba el colapso de la economía. Es decir, eras necesario porque tenías un cierto poder. Pero sucede que la realidad cambia y la nueva economía del siglo XXI muy automatizada, destruye mucho empleo y crea otros nuevos, pero esos nuevos empleos demandan perfiles y destrezas que mucha gente no es capaz de llevar a cabo por tratarse de una complicada transición. No se le puede pedir a un ebanista que se recicle en diseñador de páginas web. No estará explotado, pero será prescindible. Y esto es mucho más peligroso. No serviría de nada ir a la huelga, ¿para qué? si nadie te necesita. El contrato social no hay que redefinirlo hay que crearlo desde 0 adecuándolo al nuevo escenario laboral que se aproxima.

Un futuro muy halagüeño que de momento ni está ni se le espera. Más bien todo lo contrario y lo que es la evolución de la tecnología, no va a parar.

Son los tiempos de cada cosa lo que está desajustado y se estorban unos a otros.

A su par, contemplamos cómo la evolución de la educación no va pareja con las necesidades laborales, y la tecnología no va pareja con la evolución social.

Ajustar esas cosas será un reto, de difícil solución sin daños, pero la sociedad deberá sí o sí evolucionar, quizá con dolor, pero hacerlo.

Pues ni las grandes corporaciones aguantarán una escasez de clientes, ni la economía se sostendrá con el consumo, pues esa es una burbuja que acabará desinflándose.

Como digo, la tecnología no va acorde a la evolución social ya que la circunscribo a los puestos de trabajo que eliminará en sus sociedades y es ahí donde cobra sentido. Ya lo dicen de los robots y está ocurriendo.

Obviamente, la sociedad incluye la educación, y dicha educación no está acorde en tiempo con las necesidades en el trabajo. Mucho tiempo invertido y cuando acabas, eres un becario porque no sabes trabajar. Por desgracia, la educación no evoluciona tampoco con la velocidad que se requiere.

Y esa velocidad, está siendo aumentada por la tecnología y esta no va a parar. Así que si sumamos los factores, la tecnología nos va a obligar más pronto que tarde, a un cambio profundo en la sociedad. Queramos, o no.

La gran pregunta para mí es, si es sostenible. Por no olvidamos de algo básico, ¿habrá mercado? Si millones de personas quedarán excluidas y ya están siendo excluidas ¿podrán pagar por un vídeo juego?, ¿algún servicio? La economía se va contraer tanto que se van a crear dos universos paralelos. Quienes vivirán en un futuro distópico y quienes volverán a lo básico. Es nuestra destreza la que genera valor y ahí no hay invención ni disrupción ni nada que rompa con un principio fundamental. ¿Necesitamos todos ser programadores?, ¿están todos interesados ser unos data análisis, pero además que son las competencias digitales? El manejo ¿de una App? Si cada vez es más fácil acceder a un conocimiento específico, pero es más difícil pensar y analizar. Grandes corporaciones que venden productos y servicios 5 - Humanidad 0. Nos tienen con el tema del cambio y lo tecnológico porque necesitan que seamos nosotros los que consúmanos. Necesitan que las personas entren al universo que ellos necesiten. No digo que la tecnología no sea importante porque lo es y es útil. ¿Cuánto de lo que hoy se considera disruptivo y tecnológico es realmente fundamental y necesario?

Quizá a Hariri se le olvida algo, la sobrevivencia. Seguramente por eso se habla de la Renta Básica Universal. Algunos analistas indican que ya han nacido personas que no trabajarán nunca en su vía, ni en precario.

En efecto, el sistema económico mundial está intentando "automatizar la posibilidad de prescindir del ser humano" lo que sería muchísimo peor que la misma esclavización, sencillamente la muy amplia mayoría de las ciudadanías estará puesta forzosamente fuera del sistema productivo ergo salarial con todo lo más nefasto que dicha movida conllevaría.

Me encanta Harari, aunque muchos le critican, me parece que tiene una mirada lúcida y diferente sobre nuestra historia y nuestro futuro.

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