Pensar y repensar la ciudad, su presente y su futuro: ese era el objetivo de las ‘Conversaciones con periodistas alicantinos’ celebradas en la Sede de la UA, que en esta edición culminaron con la intervención de Carlos Arcaya, de la Cadena SER.
Treinta años han pasado desde que el vitoriano se afincara en nuestra tierra y día a día, observando, escuchando y analizando se convirtiese en una de las voces más autorizadas para realizar un diagnóstico sobre el estado de la ciudad.
Aunque fueron unos asistentes altamente implicados quienes se convirtieron en protagonistas de la velada, alumbrando interesantes reflexiones que no nos resistimos a recuperar. Se dijo que en Alicante se puede llegar a ser alcalde sin necesidad de tener un proyecto de ciudad. Que una de las grandes asignaturas pendientes de Alicante es dialogar con Elche (y viceversa). Que Alicante nunca ha ejercido la capitalidad provincial. Que a sus políticos desde los setenta les interesaron más las relaciones con Madrid (porque para los madrileños Alicante era segunda residencia) y después con Valencia, por medrar en el poder autonómico. Que a sus vecinos les falta conciencia ciudadana: se quejan de lo que les afecta en su calle, pero no mucho más allá.
Que la población foránea nunca se sintió oriunda, del mismo modo que los locales nunca dejaron de ver a los de fuera como tales. En este sentido, el día que se publicaron las cifras oficiales de que el 51% de los habitantes de la ciudad de Alicante no habían nacido en ella, esta mayoría de forasteros comentaba a los nativos con orgullo: “ya somos más”. Concluyeron los asistentes que, en esencia, Alicante está varada desde 1972, como si no hubiese corrido el reloj en 50 años.
