Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tomás Mayoral

Cine Ideal: cuando Murphy existe

Estado del cine Ideal por dentro.

Sinceramente, no sé qué es peor. Malo es que Ximo Puig casi cerrara ayer la puerta con un sonoro portazo a la posibilidad de que la Generalitat pudiera haber llegado a tener por fin un equipamiento cultural en condiciones en Alicante, salvando además el edificio del Ideal. Pero puede ser aún peor el desbarajuste interno que trasluce el Consell cuando Cultura llega, tarde pero con pasta, y el president hace entonces un "Capitán Renault", aquel de "Casablanca", y se pone digno para justificar que el pillo de Trinitario les haya levantado la cartera y, de paso, el Ideal. "¡Qué escándalo. Un especulador!" A ver si lo explico y, de paso, yo también lo entiendo. El conseller Marzà, que ha tenido tiempo de sobra para comprar el edificio del cine Ideal a precio de saldo pero que, por desinterés o porque el Ideal, el pobre, no tiene la suerte de estar en el centro de València, no hizo su trabajo, pero al menos tenía reservados 5,5 millones para la compra y la reforma. No se sabe lo que Baraka, la empresa de Casanova, ha pagado a la sociedad "Herederos de Josefina Mingot" por adquirirlo, pero sí ha revelado que convertir el Ideal en hotel, con menos habitaciones de las previstas, subirá hasta los 18 millones de euros. En su momento, los propietarios negociaron con Baraka una cantidad de entre 4 y 6 millones. Hasta ayer, y pese al golpe de efecto de Trinitario Casanova de la pasada semana, aún había posibilidades de arreglo si la Generalitat hacía uso del derecho de retracto que refleja la Ley de Patrimonio de la Comunidad, y que da preferencia a la Administración si iguala el montante de la oferta privada. Pero ayer Ximo Puig se bajó del burro y dijo que el máximo que la Generalitat pagará por el Ideal es la cantidad establecida por la tasación, esto es, entre 1,5 y 1,8 millones. Un portazo, vamos. Porque esa cantidad está seguramente lejos de lo que debe haber pagado Baraka. Si perdido anda el Consell, tampoco es que en el otro teórico foco de interés, el Ayuntamiento, le vayan a la zaga en descoloque. Si tenemos que ser ecuánimes, la respuesta del alcalde de Alicante, Luis Barcala, no fue la semana pasada, cuando Baraka anunció que había cerrado la compra, como para animar mucho a quien tiene que poner el dinero público en la operación. Si después de toda la que se ha liado en torno a este edificio, el que debiera ser el máximo interesado en recuperar para su ciudad un enclave que forma parte de la memoria local viene a decir que lo mismo le da que ahí haya un centro cultural, un hotel o, ya puestos, un parque de bolas... Tenía pinta de que lo del Ideal iba a acabar mal. Y San Murphy no suele equivocarse.

Tampoco parece hacerlo bien el Consell, ni siquiera cuando lo hace muy bien. Paradojas del Botànic. Lo del Benidorm Fest es, sin lugar a dudas, una de las operaciones de imagen más rentables que se ha hecho en los últimos años. Una idea arriesgada pero brillante, una de esas que firmaría cualquier especialista en marketing turístico porque ha hecho que la marca "Benidorm" vuelva a aquellos años gloriosos de su Festival pero conectando además con las últimas tendencias y con las redes sociales, con un público joven para el que ahora la capital de la Costa Blanca es la sede del "Fest". Lo cual es un tesoro de incalculable valor y que ha salido baratísimo. Una operación redonda a la que la polémica de la final no ha hecho más que sumar resonancia, y que no ha dejado ni un mal efecto ni para Benidorm ni para su "Fest", porque la leña y las críticas se las ha llevado íntegras RTVE. Demasiado bueno para ser verdad... Y, por tanto, demasiado malo para Compromís, que ayer sacó los pies del tiesto de forma inexplicable y en boca de gente del perímetro más cercano a Oltra. Sus críticas son injustificadas y suenan a la venganza del que respira por la herida... Ximo Puig tuvo el protagonismo que tuvo que tener. Y no privó de ese protagonismo a otros como Toni Pérez, por ejemplo. Pero es que resulta que el presidente de la Generalitat es él y la Generalitat es quien pagaba la fiesta. Si hubiera salido mal, se habría llevado los palos en primera persona, porque asumió el riesgo. Además, tiene más mérito porque se ha hecho en un momento en el que Benidorm ha cifrado sus heridas por la pandemia en un 55% de pérdida de negocio. La inyección de imagen del Fest ha sido una bendición. Solo alguien a quien el turismo le molesta diría lo contrario y miraría el dedo que señala la luna. Debe ser que Mónica está enfada porque no ganó Tanxugueiras, que era su favorita, por cantar en gallego. Yo que pensé que era fan de la Bandini... Es imposible acertar con Oltra.   

Y una cosa más:

Se veía venir que la polémica por la Ley del Fondo de Cooperación iba a acabar como ha acabado: en el Constitucional. Carlos Mazón siempre ha tenido esta idea en mente y al final la ha ejecutado. Ni el Consell ha entendido aún lo que representa en Alicante la Diputación, gobierne quien gobierne, y por tanto el precio de su independencia política ni en el fondo Mazón tenía, siendo quien es ahora, el candidato que se enfrentará a Puig, ningún interés por llegar a un acuerdo. Los municipios son los convidados de piedra en esta pugna en la que, si hay que ser sinceros, se cuecen otros intereses muy distintos que los locales.

Te dejo nuestros titulares destacados:

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats