Llevamos inmersos en una pandemia que parece no tenga fin y durante todo este tiempo hemos visto en las portadas de los medios, en las redes sociales a jóvenes haciendo botellón, pasando de las normas… Pero, ¿esto es lo que la mayoría ha hecho? ¿O se ha criminalizado a una generación que lo está pasando mal? Pienso que se ha contribuido a meter a todos en un mismo saco y eso no es justo, ni es lo real.
La realidad de la juventud española es muy distinta: nuestro país tiene más de 6’8 millones de personas jóvenes entre 16 y 29 años y apenas un millón viven fuera del hogar familiar; la tasa de emancipación es del 14’9%, el porcentaje más bajo en lo que llevamos de siglo XXI, según datos del Consejo de la Juventud de España.
Las causas por las que a la juventud española le cuesta más irse de casa que al resto de jóvenes europeos son varias: la situación económica, la crisis del coronavirus, la temporalidad en el mercado laboral y la inseguridad, los precios de la vivienda, inestabilidad de los ingresos y un largo etcétera que hacen de la emancipación una carrera de obstáculos para conseguir la meta, una vida plena.
A este problema de la emancipación se suma otro que considera muy preocupante y que también debe ser prioritario: la salud mental de nuestros jóvenes, una salud que se ha visto perjudicada en esta pandemia, con un angustiante incremento de los suicidios, los trastornos de ansiedad, estrés, depresiones… Según la OMS entre un 10 y un 20% de las personas jóvenes en Europa sufren algún trastorno de salud mental, es por esta razón que abordar este problema tiene que ser una prioridad para la construcción del futuro, es una responsabilidad que nos afecta como sociedad.
Conscientes de la situación tanto el Gobierno valenciano como el Gobierno de España están trabajando en una hoja de ruta de la juventud. En la Comunitat Valenciana se impulsa el Plan Valenciano de Emancipación Juvenil, conocido como “Plan Ariadna”, que va a contar con 1.800 millones de euros hasta el 2027, un plan que en palabras del president Ximo Puig está concebido para la recuperación de la juventud, una estrategia ambiciosa, pionera en España y que ha dado participación al Consell Valencià de la Joventut y se enfocará en la mejora de la Salud Mental y Emocional, el ocio, el deporte alternativo, la movilidad, el ámbito rural y el voluntariado además del empleo, educación y vivienda.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez presentó en Alicante el bono social de alquiler para jóvenes de 18 a 35 años. Se trata de una ayuda al alquiler de 250 euros mensuales, y como novedad la subvención no se prestará por vivienda, sino que se concederá a cada persona joven que cumpla los requisitos. Además, en los casos de los grupos más vulnerables, este bono joven será compatible con otras ayudas directas de alquiler hasta el 40%. Las ayudas van dirigidas tanto a los y las jóvenes que se hayan independizado como a los que lo hagan por primera vez.
Soy consciente de las necesidades, de la situación, del trabajo por hacer, de que todo se puede mejorar, pero hay que empezar y los gobiernos de Sánchez y Puig lo han hecho.
Es importante ponerse en la piel de la juventud, de empatizar con una generación que no lo tiene fácil, que se enfrenta a muchos retos con muchos obstáculos. Es hora de demostrar que la política es un instrumento transformador, donde mejorar la vida de las personas tiene que ser la prioridad con el fin de conseguir una sociedad mucho mejor, sin caer en la utopía pienso que es posible, que debe de ser posible y los socialistas los estamos haciendo posible.
